Jesús Rojas Rivera/ Politólogo.
Viernes 4 de Abril de 2014
Como en los viejos tiempos; entre
el impreciso móvil de la delincuencia vulgar y el atentado directo contra los
medios de comunicación, entre la indignación del ataque y la impotencia de
estar a merced de los delincuentes. Los ciudadanos debemos exigir justicia para
que se consigne a los responsables en la comisión de los delitos en contra de
Adrián López, Director General de Noroeste.
El cobarde ataque del que fue
víctima el director de éste rotativo, debe ser aclarado a fondo, en toda la
extensión de las suposiciones que genera. Noroeste ha vivido un clima de
hostigamiento y persecución en el que ninguna autoridad ha sido capaz de poner
un alto.
A Noroeste le han atacado
repartidores, les han golpeado reporteros, les han amenazado personal, han
allanado casas de directivos, le han atacado oficinas y ahora, en un hecho
nublado por la especulación, atacan a balazos, en un aparente robo, a la
columna vertebral del diario de circulación estatal.
La libertad de expresión está en
riesgo en Sinaloa. Las autoridades no han sido capaces de responder a las exigencias
de justicia. Los múltiples delitos cometidos contra periodistas en el estado se
encuentran en total impunidad.
Sinaloa es un lugar peligroso
para ejercer el periodismo. Comparte índices con el Veracruz de Javier Duarte, donde se ha puesto
en duda la vocación democrática del gobernador para la solución de los crímenes
perpetrados contra periodistas y medios de comunicación.
En un asunto tan grave como el
presente, no se puede lanzar acusaciones ligeras e imprudentes, aquí los
culpables los debe determinar la autoridad, se deben presentar a los
responsables ante los tribunales para que sea un juez quien los sentencie y en
su caso, se pongan tras las rejas. Pero también, en virtud del mismo espíritu
de justicia, se debe garantizar inmediatamente, la seguridad de todos los
periodistas para el ejercicio libre de su profesión.
Uno de los principales
indicadores para la evaluación de las democracias está justo ah; en la
posibilidad del disfrute y ejercicio de la libertad de expresión, derecho
fundamental de todo individuo para expresar ideas de cualquier índole. En
Sinaloa no podemos permitir que los ataques contra periodistas sean cobijados en la impunidad de un silencio
cómplice.
Todos estamos obligados a exigir
a las autoridades el esclarecimiento de éste y todos los delitos cometidos
contra la libertad de prensa. La autoridad tiene la tarea complicada de demostrar
su compromiso con la libertad de expresión y con el derecho a la información en
la contundencia los hechos y no en la superficialidad de los dichos.
Según los clásicos y estudiosos
de los gobiernos, la justificación de su existencia versa en tres puntos
medulares e irrenunciables. 1) El respeto a todos derechos de los individuos,
2) La salvaguarda en la integridad de la persona humana y su patrimonio, 3) La
solución a los problemas comunes. El
gobierno que no atiende alguno de estos tres puntos fundamentales, es un gobierno
fallido, ocioso e incapaz. La naturaleza de todo gobierno está en la
legitimidad que tiene con sus gobernados, si los ciudadanos no sienten
garantizados el goce y disfrute de sus derechos, se corre el peligro inminente
de la ingobernabilidad.
Hoy Sinaloa está en los ojos de
México, más de 40 diarios en todo el país están hablando del ataque contra el
director de Noroeste, periódico independiente que goza de gran prestigio
nacional por su postura editorial valiente y congruente. No tardarán los medios
internacionales y las organizaciones mundiales en pro de los derechos de
libertad de expresión en emitir, de nueva cuenta como lo hicieran hace un mes,
comunicados respeto a los riesgos inmanentes del ejercicio del periodismo en
Sinaloa.
Desde mi pequeño espacio reitero
total solidaridad con Adrián López y su familia. Le hago expresa mi admiración
en el peligroso ejercicio que realiza. Me sumo a la condena de los actos que
pusieron en peligro su vida y le deseo pronto alivio a sus heridas. Recupérate
Adrián para poder tomarnos ese café pendiente, para poder soñar en la
construcción de un Sinaloa más justo, más transparente, más seguro, más digno.
Un abrazo a todos mis amigos de Noroeste, estoy con ustedes en estos momentos
difíciles. Luego le seguimos.
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