viernes, 1 de agosto de 2014

Los niños jornaleros del campo sinaloense

Jesús Rojas Rivera/Politólogo.

Viernes 13 de Junio de 2014 

Año tras año, más de cuatrocientos mil jornaleros agrícolas llegan de diversos estados a trabajar en los campos de cultivo sinaloenses. La pobreza y falta de oportunidades en su tierra, los obliga a peregrinar por un empleo, fuente única de ingreso para la manutención de sus familias. Gran parte de los jornaleros agrícolas que se instalan en nuestro estado viajan con sus familias, quienes también trabajan en labores del campo. Un tema alarmante en estos ciclos migratorios está en la contratación de mano de obra infantil.

Según la UNICEF el 44% de las hogares de jornaleros agrícolas tienen al menos un niño o niña trabajador. Cuyo ingreso representa un 41% extra en el ingreso familiar, es decir, si el jornalero agrícola y su esposa ganan $120 pesos por día laborado, el trabajo de un hijo le representa $49 pesos extra al día.

El trabajo infantil es un tema difícil de erradicar, responde a condiciones culturales, los padres de los niños jornaleros agrícolas crecieron trabajando en el campo, pasaron su infancia en los surcos del sembradío. Para ellos el trabajo infantil es una obligación del hijo con la familia, es parte de sus costumbres y representa ingresos para tratar de mitigar las necesidades en su pobreza extrema.

Por otro lado, está la demanda laboral. Algunos dueños de campos agrícolas enterados de las condiciones de sus trabajadores migrantes, contratan mano de obra infantil, la pagan casi por mitad, argumentando que el trabajo de un infante no es equiparable con el de un adulto, explotan el trabajo de los niños violentando lo dispuesto en la Ley Federal del Trabajo y los tratados internacionales que salvaguardan los derechos de la infancia.

Sinaloa celebró ayer el día mundial contra el trabajo infantil con una cifra alarmante, la organización internacional para la protección de los derechos de la infancia Save the Childrens, calcula que en nuestro estado son alrededor de 100,000 niños los que trabajan en diversa sectores productivos, en su amplia mayoría en actividades relacionadas con la agricultura.

Muchas son las voces que se expresan contra el trabajo infantil, pocas son los compromisos para atender este lastimoso fenómeno social. Los niños en Sinaloa no deben estar en los campos agrícolas, deben estar, según su edad, en las escuelas o en guarderías seguras. Nadie menor de 14 años debe estar trabajando, y quien permita o contrate mano de obra infantil debe ser sancionado con todo el rigor de la ley.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos aclara que en las condiciones de trabajo para los jóvenes de 14 a 16 años, se deben garantizar jornadas de seis horas, vigilando estrictamente que los trabajadores tengan total acceso a la salud y la educación. Además, por ninguna circunstancia se podrá emplear niños o jóvenes en trabajos que pongan en riesgo su integridad física o psicológica.

Las políticas públicas para la atención de los niños trabajadores, en particular los agrícolas, han probado ser insuficientes e ineficientes, toda vez que, tal como lo señalan las organizaciones internacionales, la cantidad de niños en el campo se incrementa de manera alarmante.

La Organización Mundial del Trabajo, propone medidas encaminadas para erradicar el trabajo infantil, pide a los gobiernos entender el fenómeno social y atenderlo en su dimensión común. Si los niños trabajan es por dinero, no por gusto. Por ello proponen la creación de programas de transferencia en efectivo o en especie, que mejoren las condiciones de ingreso de las familias que tienen a los hijos laborando, que faciliten y obliguen el acceso a la educación y la atención en la salud de los mismos.

Éstas mismas políticas las llevan organismos como Save the Children, siendo una organización no gubernamental sus voluntarios hacen el mayor de los esfuerzos ante la franca desatención del tema abandonado por los gobiernos. Como sociedad debemos exigir juntos la protección de los derechos de la infancia, porque ellos, los niños jornaleros agrícolas, merecen una oportunidad distinta. Porque nadie puede estar satisfecho sabiendo que existen niños y niñas encadenados a un futuro repetitivo de marginación y abuso. María Montessori decía que: “La ayuda y la salvación del mundo solo puede ser a través de los niños, porque son los niños los creadores y transformadores de la humanidad”. Luego le seguimos.

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