viernes, 3 de octubre de 2014

En los tiempos de Clouthier

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 
Viernes 3 de Octubre de 2014

El PAN en los tiempos de Manuel "Maquío" Clouthier era otro, uno menos dividido, más solidario a las grandes causas nacionales de su época, un partido ocupado en la construcción de una oferta política diferente al régimen casi dictatorial que ejercía el Partido Revolucionario Institucional. En los tiempos del "Maquío", la derecha no tenía posibilidades de llegar a la Presidencia de la República, pero su lucha junto con la de miles de mexicanos abrió un boquete al sistema que no se pudo cerrar jamás.

Manuel Clouthier del Rincón ha sido el político más importante que Sinaloa ha dado a la vida pública de México. Pero el "Maquío" no nació en la política de partidos, no buscaba un cargo para mantenerse del sueldo de la burocracia, se forjó en la representación estudiantil, en las cámaras empresariales y las luchas sociales propias de la élite que representaba. Lo de líder social llegó después, con las campañas a pie, financiadas en detrimento de su patrimonio y gracias a la bondad de sus amigos que eran muchos: los hombres más ricos de México. En aquellos tiempos, no había financiamiento público para la oposición, por el contrario, a la oposición se le perseguía, se le encarcelaba o se le desaparecía.

En los tiempos de Clouthier, las candidaturas en Acción Nacional se daban de manera distinta, se ofertaban como la "rifa del tigre", nadie pensaba en ser candidato a la Presidencia Municipal para quedar de regidor. Las convicciones eran otras, los intereses solían ser comunes y no personales. En el PAN de entonces, se invitaba a las candidaturas a lo más representativo de la sociedad, a ciudadanos ejemplares que habían logrado en méritos propios el reconocimiento de su comunidad. Las candidaturas eran por invitación, la aceptación de la postulación era por convicción.

En los tiempos de Manuel, plurinominal era una palabra de reciente creación. Pocos políticos de la oposición pensaban en ella como el medio para sus fines. No imagino a don Luis H. Álvarez renunciando al cargo de dirigente nacional para buscar un escaño en la cámara. Los hombres y las mujeres de entonces tenían valores distintos, otras formas de ver la política, estaban forjados en la adversidad de sus circunstancias.

En los tiempos del "Maquío", las cámaras empresariales se respetaban. No eran comparsa, protestaban ante la inflación, debatían sobre los impuestos y defendían sus posturas gremiales con los riesgos que eso representaba. Varios empresarios del País fueron víctimas del gobierno. Así como la izquierda tuvo sus muertos y sus mártires, la derecha también le lloró a los suyos.

El "Maquío" no se formó en el PAN, llegó ahí por invitación. Pero en ese partido político dejó su más grande legado. Año con año, por estas fechas, lo recuerdan en discursos; le llevan flores a su estatua, le montan guardias de honor. Manuel Clouthier es un ícono representativo para el PAN en su base, entre los militantes de a pie el legado del "Maquío" campea. Pero dejó de ser referente en las acciones de sus dirigentes y sus políticos más encumbrados quienes discursean su memoria pero no predican con su ejemplo.

Ellos y no él, andan buscando hueso. Ellos y no él, se acostumbraron a la derrota y dejaron de luchar. Ellos y no él, cambiaron de amo sin dejar de ser perros. Dejaron de pensar en la política como un medio para servir y no servirse, empeñaron la dignidad en las fortunas que se logran al amparo del poder.

Tal vez por ello los Clouthier ya no militan en el PAN. Tal vez ese lazo que une a la institución con su padre está roto, por eso es que caminan rumbos distintos y que por cosas de la solemnidad histórica se juntan una vez al año el primero de octubre. En el doloroso recuerdo del kilómetro 158+100, el domingo en el que se detuvo el tiempo para el hombre robusto y de barba cerrada, para que naciera en México una la leyenda que buscaba libertad, sembrando democracia.

"Adiós, pues, y entiendan que las cosas de la vida por las cuales se quiere vivir deben ser las mismas por las cuales estemos dispuestos a morir y éstas solamente pueden ser nuestras convicciones". Eran otros tiempos, los tiempos de don Manuel Clouthier del Rincón. Luego le seguimos...

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