O P I N I Ó N |
J E S ú S R O J A S R I V E R A |
La Constitución Política de México dice que el cargo de Presidente es renunciable por causa grave, el artículo 86 contempla la posibilidad de la renuncia del Mandatario en funciones. Según el jurista y ex legislador Eduardo Andrade Sánchez el artículo en mención se relaciona con la facultad que reconoce la fracción XXVII del artículo 73 de la propia Ley Suprema respecto a la consideración política que haga en Congreso de la Unión sobre la gravedad de la causa que esgrima el renunciante.
Enrique Peña Nieto vive la peor de las crisis políticas por las que haya pasado un presidente en la historia moderna del País, como nunca en los últimos años la imagen del Presidente está por los suelos. En el PRI entienden las magnitudes de los desatinos del Presidente, saben que la situación se está complicando y la dirigencia nacional pide cerrar filas en torno al Mandatario. El hartazgo popular se expande, el Presidente de México toma decisiones tímidas y su equipo de colaboradores se muestran cansados, enfadados ante la opinión pública. Sus tiempos eran otros, el equipo de Peña Nieto aprendió a ser gobierno cuando México era diferente; con una sociedad menos informada, menos participativa y más temerosa al poder presidencial. Hoy al Presidente le faltan al respeto, se burlan de él, de sus errores y desaciertos. Se convirtió en un cliché, en un estereotipo de ignorancia y malas decisiones. Su equipo ha sido incapaz de regresar la dignidad y el decoro al hombre que enviste la máxima responsabilidad nacional. Ahí estriba uno de los mayores riesgos para el Estado. Pocos entienden que la sustitución presidencial en caso de renuncia; dándose después del 1 de diciembre, es decir pasados dos años de su toma de protesta, sería por votación en el Congreso y no por elección popular como muchos pretenden. Pero más allá, la renuncia presidencial se antoja difícil, el Presidente tiene el apoyo de la clase política de todos los partidos, de las fuerzas armadas, de una amplia mayoría de legisladores en las cámaras y los gobernadores. Soy un convencido de que Peña Nieto no debe renunciar, hoy más que nunca debemos tomar el camino de las instituciones para recobrar la paz. Lo que menos necesitamos los mexicanos es la convulsión que provocaría la renuncia de la figura más importante para el poder político en una República presidencialista como la nuestra. La historia nos ha enseñado que en democracias sin consolidación, detrás de una renuncia presidencial, lo que viene es la ruptura de las instituciones y con ello; el caos social. El Presidente no debe renunciar; debe poner orden sin violentar los derechos humanos y hacer cumplir la ley en el espíritu de la justicia y no de la venganza. Debe fortalecer las instituciones y velar por la seguridad de los mexicanos, debe asumir sus responsabilidades con madurez y dejar de gobernar con frivolidad y arrogancia. Debe aclarar las acusaciones de corrupción que obran en su contra, debe hacer ajustes en las secretarías de Estado y sobre todo debe cambiar a su ineficaz equipo de comunicación. A nosotros nos toca ser corresponsables; debemos entender que los plazos son para cumplirse, la democracia es un sistema que permite cambiar al gobierno en un periodo definido de tiempo. Aun en lo cuestionado de su elección, el Presidente gobierna por mandato de la mayoría de los participantes en las urnas, eso es un valor sagrado. Las circunstancias nos están enseñando la importancia del voto razonado, libre y consciente, estas discusiones y debates son parte del proceso para alcanzar la madurez democrática. Las protestas públicas y las manifestaciones deben seguir, siempre que éstas se conduzcan en el respeto al derecho ajeno. No comparto la idea de que el Presidente deba renunciar, México no está para ese tipo de experimentos peligrosos. Más bien, debemos hacer un ejercicio de reflexión profunda y trabajar en la educación cívica de nuestra comunidad, para que nunca más el voto tenga precio, para que nadie lucre con la necesidad del votante y llegue al poder la frivolidad, la incompetencia y la corrupción, sea cual sea el partido que las postule. Luego le seguimos... |
viernes, 28 de noviembre de 2014
¡Peña Nieto no debe renunciar!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario