O P I N I Ó N |
J E S ú S R O J A S R I V E R A |
Hace un poco más de 60 años no podían votar, ni podían ser electas en cargos de representación popular. No asistían a la universidad y su educación estaba enfocada al desarrollo de los quehaceres domésticos. "La mujer es de su casa, no de los asuntos públicos" era el pensamiento que prevaleció durante años en la cultura política del mexicano. Medio siglo después: gobiernan, hacen leyes, dirigen, juzgan y trazan buena parte de la vida pública de nuestro País.
La mujer en la política le ha cambiado el rostro a los asuntos comunes, le ha dado un sentido diferente a la política, han probado ser excepcionales administradoras públicas, diestras para el quehacer legislativo, grandes maestras de los asuntos públicos y expertas para los obligados acuerdos. Por primera vez, cincuenta por ciento de las candidaturas para los próximos escaños en la cámara nacional serán obligatoriamente para mujeres, también lo será en las listas plurinominales. Cada partido político deberá sujetarse a lo dispuesto en Ley, la paridad de género les guste o no les guste, llegó para quedarse. Es probable que en San Lázaro, la siguiente legislatura tenga más mujeres que hombres. En la presente LXII Legislatura el 37 por ciento de los diputados son mujeres y el 63 por ciento son hombres, 184 legisladoras de un total de 500 diputados. Los grupos parlamentarios tienen un comportamiento parecido, en el PRI 38 por ciento de sus legisladores son mujeres, en el PAN 32 por ciento, en el PRD 37 por ciento, el PT tiene 40 por ciento, Partido Verde 43 por ciento, Movimiento Ciudadano 40 por ciento y el Panal 50 por ciento es decir la mitad de sus legisladores corresponde al sexo femenino y la otra al sexo masculino. Interesante es analizar también que más allá del escaño que ocupan dentro de la cámara están las labores legislativas en las que participan; de 56 comisiones ordinarias, las mujeres sólo presiden el 25 por ciento, es decir los hombres tienen en un 75 por ciento de los cargos de máxima responsabilidad en los puntos medulares del trabajo legislativo. Es aquí donde se presenta el verdadero reto para las mujeres, el primer paso ya está dado, en materia legislativa deben conquistar los cargos más importantes al interior de la cámara. Pero esos espacios no deben ser ocupados por cuestión de género, las cuotas no resuelven mucho el tema de la eficiencia. Las capacidades legislativas no están en función del sexo y si en función de la formación en asuntos públicos y las experiencias. Yo no correspondo a la absurda idea de dar cargos por género, eso me parece discriminatorio. En Sinaloa se discute si los distritos electorales que serán encabezados por mujeres serán distritos a modo para los partidos contrarios a los postulantes. Muchas voces dan por derrotadas a las mujeres en las urnas, piensan que más allá de la trayectoria, las propuestas y las capacidades de la candidata estará el fantasma de machismo y la misoginia cobrando facturas electorales. Yo podría asegurar que eso es una idea errónea, distorsionada, que tienen algunos sobre el electorado sinaloense, podría argumentarse en determinadas comunidades pero no en la generalidad de los distritos uninominales, las mujeres van a participar, van a competir y van a ganar, les guste o no les guste habrá más legisladoras sinaloenses en la cámara. Y nosotros debemos ayudarles, para que se logre el ideal democrático, y lo antes posible quitemos esas inequitativas cuotas de género, pero no ahora, primero tenemos que ayudarles a que los procesos sean equitativos igual que sus posibilidades de acceso, antes de criticar el procedimiento tenemos que aprender la elemental diferencia de igualdad y equidad. La igualdad es condición obligada de las democracias. Luego le seguimos... |
viernes, 19 de diciembre de 2014
Porque son mujeres...
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