viernes, 30 de enero de 2015

La leyenda de Eldorado

O P I N I Ó N 
                                                                                                                                                      J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


En México, el Muni­cipio fue anterior al Estado, sostiene una de las premisas en el pensamiento munici­palista nacional. Esa unidad político-administrativa deno­minada Municipio procede de la tradición administrativa romana y muestra rasgos de influencia en el sistema de las municipalidades castellanas, fue la forma natural de organi­zación durante la Conquista, mucho antes de que nuestra Nación se dibujara siquiera en sueños. La gestación de la mu­nicipalidad de Eldorado en Sinaloa ha puesto en la agenda pública un tema importante para reflexión y el análisis del papel gubernamental del Mu­nicipio, su origen, desarrollo, legitimidad y competencias.

A 54 kilómetros de la ca­pital sinaloense, Eldorado es hoy una sindicatura con actividades económicas pre­dominantemente agrícolas, ganaderas y pesqueras. La lu­cha por la municipalización tiene antecedentes históri­cos más allá de los procesos legislativos presentados en marzo de 1999 en la LV legis­latura por el entonces Gober­nador Renato Vega Alvarado.

Es facultad exclusiva del Congreso del Estado de Si­naloa la creación de nuevas municipalidades bajo los si­guientes requisitos: A) que cuente con más de 30,000 habitantes tomando en cuenta el asentamiento de la mayoría de sus ciudadanos, B) que se compruebe debida­mente que existen elementos bastantes para promover su existencia política, C) Que la elección de la nueva munici­palidad sea aprobada por las dos terceras partes de los di­putados, D) que la resolución favorable del Congreso sea ratificada por la mayoría de los Ayuntamientos.

La discusión en torno a la creación del municipio 19 en Sinaloa no tiene que ver con el cumplimiento de lo requi­sitado legalmente, el entram­pamiento y negativa al naci­miento de la municipalidad atiende principalmente a co­yunturas políticas del ámbito electoral. El voto expresado por los diputados no se sujeta a la voluntad de los ciudada­nos quienes en septiembre de 2013 participaron en una "consulta ciudadana" orga­nizada por el Consejo Estatal Electoral para determinar la postura de la mayoría de los habitantes de Eldorado y po­blaciones circundantes.

La respuesta al ejercicio de consulta fue mayorita­riamente "Sí a la municipa­lización", la justificación del procedimiento –que no se indica como requisito cons­titucional- se dio en el marco del apartado en el texto legal sobre la comprobación de los elementos para la existencia política de la nueva munici­palidad. Es decir, los legisla­dores instruyeron al órgano electoral a levantar una con­sulta sin fundamento cons­titucional o mejor dicho sin que la Constitución o leyes complementarias marcaran ese paso en el proceso valora­tivo para la municipalización.

El federalismo mexica­no reivindica el régimen de los gobiernos locales, apoya las premisas sobre la auto­nomía política y financiera que deben tener las munici­palidades. Entiende que la mejor forma de dar solución a los problemas públicos no es en el centralismo, sino en la fortaleza de los gobiernos que están de primera cara con el ciudadano.

La lucha por la munici­palización de Eldorado nos hace reflexionar sobre el papel del municipio en Si­naloa, sobre todos aquellos municipios que no cumplen con los requisitos que la Constitución sinaloense es­tablece, sobre los municipios más jóvenes en la historia de nuestro estado y los indica­dores de sus gobiernos.

Salvador Alvarado depen­día del municipio de Mocori­to, hoy es un municipio joven con los menores índices de pobreza y con uno de los ma­yores índices de desarrollo humano de Sinaloa, sus finan­zas públicas son sanas com­parado con otros municipios. Algunos expertos lo señalan como el municipio con mayo­res expectativas de desarrollo para determinadas activida­des económicas, es decir, la municipalización vino a po­tencializar el crecimiento de la región, en 50 años de fun­dación lograron lo que otras comunidades no han podido ni en 300, demostrando con ello un caso de éxito munici­palista en México.

José Guillermo Vallarta Plata, jurista y catedrático ex­perto en estos temas afirma que el Municipio mexicano tiende a convertirse en una entidad autárquica capaz de hacer frente al desarrollo de su región, pero al mismo tiem­po otros autores anuncian la extinción de municipios para el nacimiento de gobiernos regionales o metropolitanos dependiendo de la dispersión poblacional y geografía de las comunidades.

Mientras las grandes dis­cusiones sobre la municipali­zación se dan varios sentidos –extincionista, funcionalista y creacionista- lo sucedido sobre Eldorado quedará co­mo la leyenda que dio origen a su nombre; la de aquellos pioneros que llegaron de le­jos buscando la tierra de las montañas de oro y al no en­contrarla decidieron fundar con esfuerzo una comunidad donde la tierra valiera más la aleación dorada. La negativa en la creación del municipio 19 no es el fin de la lucha, es apenas un traspié en el cami­no. Luego le seguimos... 

viernes, 23 de enero de 2015

Lo público, lo privado y lo íntimo

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Todas las personas, incluyendo aque­llas que se dedican a los asuntos públi­cos, tienen tres tipos de com­portamientos o actuaciones: las públicas, las privadas y las íntimas. Es difícil marcar diferencia entre ellas y resul­ta prácticamente imposible poner una la línea divisoria que excluya unos asuntos de otros, pero existen puntos de partida, pilares en la distin­ción real y sustantiva de estos conceptos.

El hombre público está expuesto al escrutinio pú­blico, a todo aquello que puede y debe ser visto por cualquiera. Se caracteriza por la libertad de acceso a los comportamientos y decisio­nes tomadas en un encargo dotado de autoridad jurídica y política. Generalmente, si la implicación lleva en ella el uso de recursos públicos la actuación es de naturaleza pública –existiendo algunas excepciones-.

El filósofo Immanuel Kant observa que lo público debe ser publicitado, incluso condiciona la máxima pu­blicidad como principio de la legalidad. "Solo aquellas acciones que puedan ser ex­presadas abiertamente son legítimas". Es decir, todo hombre público debe tener apertura para transparentar los gastos de su administra­ción, decisiones y acciones, la medida de su exposición siempre será la de máxima apertura salvo en los casos que la ley determine lo con­trario. –Datos personales e información confidencial-.

La distinción entre lo público y lo privado tiene fronteras más claras que aquellas que se marcan entre lo privado y lo íntimo. La de­limitación entre lo público y lo privado está en el espacio donde se desenvuelven. Por ejemplo: los negocios entre particulares, la educación que se recibe, el estado civil, las relaciones de amistad, la asistencia a un evento social, la relación laboral y el sala­rio, son cosas que se pueden saber pero no necesaria­mente publicar, la medida de su exposición siempre estará a consideración del sujeto.

En lo íntimo tenemos los pensamientos, los sen­timientos, las creencias, las aspiraciones, las animadver­siones, los odios y todo aque­llo que se guarda celosamen­te para uno. De esto no debe haber escrutinio público, es el ámbito donde el sujeto ejerce su plena autonomía individual, es el reducto úl­timo de la personalidad, o como dijo el economista y político inglés Stuart Mill "Donde soy lo que soy".

Con frecuencia vemos y escuchamos opiniones que transgreden la vida pública de las personas, en particular de los hombres y mujeres que se dedican a los asuntos públicos. Sobre las relaciones personales de tales o cuales actores, de los negocios –no públicos-, de los viajes de los hijos de tal o cual funcionario –sin prueba fehaciente de la utilización de recursos públicos- y de las relaciones personales y afectivas.

Ciertos personajes de la opinión pública encon­traron un gusto por exhibir de manera inadecuada los asuntos privados e íntimos de los personajes públicos. Se olvidan que no toda in­formación conseguida debe ser publicada, en el manejo de la información algunos reporteros, editores, colum­nistas, comunicadores, pe­riodistas, políticos y otros más que tienen acceso a los medios de comunicación, van más allá del hecho y em­plean adjetivos para señalar el comportamiento de aque­llos que a su parecer están actuando mal. Enjuician y opinan de los asuntos pri­vados de las personas po­niendo en riesgo el derecho a la intimidad que todo ser humano tiene.

La ética pública y el de­recho a la información son dos materias claves para la distinción entre lo públi­co, lo privado y lo íntimo. El gobierno que falta a su responsabilidad de infor­mar transgrede el derecho ciudadano a la información, de la misma manera, quien emite un juicio público so­bre la vida privada e íntima de las personas violenta las libertades y comete un de­lito.

Es un asunto muy común en nuestro estado ver y es­cuchar notas prejuiciosas, pendencieras, tendenciosas y vulgares que no buscan informar sino denostar. La libertad de expresión tiene límites –no necesariamente jurídicos- y se encuentra en la elemental premisa jua­rista del respeto al derecho ajeno. Luego le seguimos...

viernes, 16 de enero de 2015

García Cota y el peregrinar de los siete agravios

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


En el realismo del poder las cosas siempre van más allá del deber ser. En el pragmatismo político las decisiones se toman en sentido contrario a los dis­cursos. Con más frecuencia de lo que imaginamos los amigos se vuelven enemigos y los enemigos que se con­vierten aliados. La política es un espacio para demostrar quiénes somos, en qué cree­mos, de qué estamos hechos y hasta dónde somos capaces de llegar.

El 7 de julio de 2013 en el municipio de Ahome se vi­vió una contienda electoral atípica, los resultados elec­torales arrojaban un empate técnico entre dos candida­tos, Ernesto García Cota de la coalición PAN-PRD-PT y Arturo Duarte García del PRI-PVEM-Panal sus votos rondaban los 50 mil en el sis­tema de resultados prelimi­nares del Consejo Electoral del Estado de Sinaloa. Se festejaban dos triunfos, los dos candidatos se proclama­ron ganadores sin resultado oficial.

Al día siguiente, al cie­rre del PREP los resultados daban una ligera ventaja a Duarte sobre García Cota, comenzaba una lucha contra lo que afirmó el derrotado era "una elección robada", en los primeros días de agosto de ese año el candidato perde­dor García Cota marchó por las calles de Mochis pidiendo la anulación de la elección, se acompañó de los dirigentes de los partidos que lo pos­tularon, diputados locales y visibles liderazgos panistas que lo cobijaron durante todo el proceso electoral.

Habló fuerte, acusó e in­crepó sin evitar el choque con sus viejos amigos. "No sólo las manos, sino el cuer­po completo tienen metidos los funcionarios de gobierno en las campañas políticas de Ahome" afirmaba el ex can­didato señalando a Gerardo Vargas Landeros y Marcial Liparoli como los operado­res del Gobernador en la campaña de Arturo Duarte García.

51 mil 883 votos para la coalición encabezada por el PRI, 50 mil 415 para la en­cabezada por el PAN daban cuenta los resultados oficia­les de la jornada electoral. mil 468 votos de diferencia, se preparaba una impugna­ción en los tribunales. Gar­cía Cota comenzó el cabil­deo y la suma de apoyos en los grupos más influyentes de Acción Nacional, incluso viajó al DF a buscar respal­do con figuras nacionales, las gestiones de sus enton­ces aliados le consiguieron audiencia privada con Ma­dero, además se entrevistó con otros miembros de la dirigencia nacional del PAN, senadores y diputados fede­rales, mismos que lo acom­pañaron a los tribunales en Guadalajara donde no pros­peró su queja.

En el peregrinar de los siete agravios García Cota seguía acusando a la "entro­metida estructura del Go­bernador" de ser los artífices de su derrota. "La voluntad del pueblo de Ahome se vio pisoteada en aras de una imposición, aquí no se dio la democracia" argumenta­ba en sus alegatos que des­cribían la participación de funcionarios estatales en la campaña de su contrincante, el uso de recursos públicos, la compra de votos, la inti­midación de campañistas, el remplazo de funcionarios de casilla, el rebase de los topes de campaña, el uso de propa­ganda en camiones urbanos, la aparición de propaganda en el calzoncillo del boxea­dor "Travieso" Arce en una pelea de box fuera del tiem­po electoral y la promoción descomunal de spot en la ra­dio propiedad del entonces candidato a Diputado local Roque Chávez a quien acusó de tramposo.

Pero en política no hay enemigos eternos, y todas las ofensas se pueden per­donar con buenos acuerdos. Hace un par de días Ernesto García Cota llegó a la titu­laridad de la CEAPAS por invitación del Gobernador Mario López Valdez, su otro­ra dolor de cabeza.

El mensaje es claro, en el distrito 2 de Ahome todo se debe de alinear para que gane Bernardino Antelo, en política cuando se busca un fin se convence a quien se tenga que convencer y se compra lo que se tenga que comprar. Si García Cota dejó colgado de la brocha a Ze­nén Xóchihua quien en otros tiempos marchó junto a él por la "dignidad y la demo­cracia en Ahome" es cosa de un pasado que los une pero no existe ya, son las reglas del juego del poder, es parte de entender que en política nada es para siempre. Si no hay ilusos, no tiene por qué haber desilusionados. Luego le seguimos...

viernes, 9 de enero de 2015

Candidaturas independientes, dos errores comunes

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 



Posterior a lo legislado en materia político electoral en 2013 sobre la posibilidad que tienen los mexicanos de buscar un cargo de elección popular sin el registro en un partido político, es común encontrar en la opinión pública dos errores conceptuales respecto a las candidaturas independientes y sus actores. 

Con frecuencia a las candidaturas independientes se les llama "candidaturas ciudadanas", en referencia a la independencia que tienen los participantes respecto a los partidos políticos. Este error, más intencional que por descuido, es un argumento absurdo para distinguir una candidatura de partido con una candidatura independiente. 

Para ser candidato en México, -independiente o de partido-, se requiere ser ciudadano y tener salvos todos los derechos políticos, es decir, nadie que no sea ciudadano pude pretender un cargo de elección popular, de entonces todos los candidatos son ciudadanos, teniendo o no militancia partidista. 

La militancia en un partido no elimina la calidad de "ciudadano", esta etiqueta se ha convertido en un cliché, un truco alegórico para señalar diferencia entre unos y otros. Los derechos de la ciudadanía están consagrados en la Constitución Política, el término para referirse a los candidatos postulados sin partido es independientes. He leído a muchos columnistas, periodistas e incluso titulares de dependencias electorales llamar erróneamente a los contendientes "candidatos ciudadanos". En esencia lo son, pero deben saber que también lo son los candidatos de partido. 

El otro error discursivo recurrente en el ideario "independentista" es cuando un candidato independiente afirma no ser político. "Yo no soy político, yo soy ciudadano como ustedes" leí las declaraciones de uno de los 52 candidatos independientes registrados en México para este proceso de renovación de la Cámara de Diputados. 

Por supuesto que el discursante es un político, todos somos entes políticos, es una de las diferencias que los griegos encontraron en la especie humana sobre el reino animal. Somos seres racionales, sociales y políticos, es nuestra naturaleza y no podemos negarnos a ella. La participación en la política ha sido "satanizada" por algunos grupos que pretenden adueñarse del espacio público desde la organización "alternativa" o las "otras formas de hacer política" estos grupúsculos sectarios y minoritarios siempre tienen mucho que criticar y poco que proponer. Yo los llamo "opositodo". 

Los partidos políticos en nuestro País tienen un desgaste en la credibilidad que proyectan a los ciudadanos. Por ello las candidaturas independientes tendrán aceptación y serán un modelo que vendrá a dar aires frescos al sistema político mexicano. Pero no son la solución a los problemas del Estado, son simplemente una forma distinta de postular a los actores políticos cuya representación en caso de prosperar será mínima en la Cámara de Diputados y su margen de acción será muy limitado. 

De los 52 aspirantes, ciudadanos independientes que están dando la primera batalla contra los partidos políticos, debemos saber tres cosas; la primera es que la mayoría de ellos han tendido militancia anterior en otros partidos políticos, la segunda es que competirán en distritos electoralmente complicados y la tercera es que el financiamiento público otorgado les será insuficiente y tendrán que recurrir a financiamiento externo lo cual generará nuevos lazos de dependencia. 

Yo estoy a favor de las candidaturas independientes, pero no estoy de acuerdo en que se le mienta al elector, se debe dejar claro que no se llaman candidaturas ciudadanas y los participantes son tan políticos como los que militan en cualquier partido. Dialogando con algunos compañeros politólogos coincidimos que en este ejercicio electoral federal prosperarán alrededor del 10 por ciento de las candidaturas independientes postuladas. Es decir, llegarán cuando mucho, entre 5 y 6 diputados electos sin partido, algunos afirman que no serán más de 2. Después escribiré sobre el futuro del "independentismo" en la Cámara de Diputados. Luego le seguimos... 

jesusrojasriver@gmail.com

sábado, 3 de enero de 2015

Candidaturas independientes, los primeros debates procedimentales

O P I N I Ó N 
J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 



La figura del candidato independiente se planteó en los albores de los años noventa previos a la creación del Instituto Federal Electoral. Desde entonces era un tema tabú en las legislaturas, conceder al ciudadano el registro para contender en una elección sin el aval de un partido político causaba un escozor en la clase política. La reforma político electoral aprobada en 2013 fue parte de un proceso de negociación entre los principales partidos políticos para sacar adelante una serie de reformas para la "transformación de México". En el marco de las negociaciones, se aprobaron importantes cambios para el sistema electoral mexicano, uno de ellos referente a las candidaturas independientes. 

El pasado 26 de diciembre venció el plazo para el registro de intención para buscar una candidatura independiente. El 29 del mismo mes, el Instituto Nacional Electoral emitió las constancias de aspirante para los interesados que cumplieron con los requisitos plasmados en la convocatoria. En México 52 ciudadanos se registraron como candidatos independientes, Veracruz es la entidad federativa que más constancias emitió siendo 9 los aspirantes, lo sigue Sinaloa con 8, Puebla con 7 y Baja California con 6. El distrito electoral uninominal que más candidatos ciudadanos tendrá en competencia será el décimo del estado de Veracruz con cabecera en Xalapa, ahí participarán cinco candidatos independientes. En Sinaloa el distrito quinto y octavo tendrá dos aspirantes independientes. El primero, tercero, sexto y séptimo un aspirante independiente en las boletas. 

Las primeras discusiones respecto a las candidaturas ciudadanas en Sinaloa se desataron a partir de la declaración del ex Rector de la UAS y actual Diputado local Héctor Melesio Cuén Ojeda quien afirmó que apoyaría la candidatura de algunos ciudadanos registrados como aspirantes. Lo anterior avivó una serie de críticas respecto la "independencia" de los participantes registrados en el proceso electoral. 

Los cálculos del también dirigente del Partido Sinaloense, no fueron del todo correctos. En mi opinión, él tiene el derecho de apoyar la candidatura de quien a su juicio considere, es legal su intención y válida su postura. No así la de aquellos registrados como independientes que tengan militancia o afiliación partidista, porque esa sí es una limitante legal para la postulación del cargo en cuestión. Los pretensos que Melesio Cuén apoya podrían ser impugnados por su militancia, afiliación o equivalente en el Partido Sinaloense. Sin la declaración mediática de Cuén Ojeda, el tema pudo pasar desapercibido, al menos en los tiempos legales para la impugnación del procedimiento. 

La esencia de las candidaturas ciudadanas es precisamente la inexistencia de un lazo dependiente entre el postulante y un partido político. Ir a contra sentido de ello, será sujeto al escrutinio público y en su caso a las determinaciones de la autoridad electoral en la materia. 

Para el análisis resulta interesante, todo lo que se discuta y juzgue en este proceso electoral respecto a las candidaturas independientes generará un precedente importante. Como lo mencioné, estos son los albores de algo que trasformará la vida pública del País, es un proceso en construcción, de paulatina consolidación. La pregunta que se genera a partir de la postura de Melesio Cuén es interesante para la discusión pública. ¿Puede un ciudadano con militancia en un partido político estatal, sin registro y posibilidad de competir en elecciones federales postularse como candidato independiente?, esa respuesta la dará exclusivamente la autoridad electoral. 

La democracia lleva en ella, un debate constante sobre los derechos políticos electorales del ciudadano. No debe asustarnos, ahí están las instituciones para la resolución de las controversias. Ahí están los mecanismos para participar válidamente en la conformación de las instituciones que llevan el procedimiento de la creación de leyes. La premisa más importante es: Lo que hoy se discute de hecho que sea punto de partida en el debate legislativo para las modificaciones al derecho. En la democracia también se hace camino al andar. Tenga usted amable lector un feliz 2015, luego le seguimos...