viernes, 17 de abril de 2015

¿Revocación del mandato?

O P I N I Ó N 
                                                                                                                                                J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Esta semana diversos actores políticos se reunieron en el Club de Periodistas de la Ciudad de México para dar en conjunto una conferencia de prensa donde se da a conocer una iniciativa de referéndum para revocar el mandato del Presidente Enrique Peña Nieto. Los quejosos saben que la figura invocada no está prevista en la Constitución pero, toman como estandarte la frase: "La soberanía radica en el pueblo" un fragmento legaloide muy socorrido por aquellos que interpretan la ley a su gusto y conveniencia.

El incomparable Fernández Noroña, la controvertida abogada Talía Vázquez, el Padre Solalinde, los senadores Javier Corral, Layda Sansores, Manuel Bartlett y otras figurillas del mundo del espectáculo y la política, se unieron en una misma voz para solicitar al electorado "manifieste el rechazo al Presidente en las urnas el 7 de junio próximo", según ellos, para que el INE contabilice las peticiones como "un incidente electoral" que principie un referéndum para la revocación de mandato del titular del Ejecutivo.

Absurdo, descabellado e ilegal, es lo que este grupo de quejosos plantea. Concuerdo plenamente en su argumento central "que el gobierno de Enrique Peña Nieto se ha caracterizado por la corrupción, la fractura política y la incompetencia". Pero no estoy de acuerdo en que la solución se encuentre en una acción radical como la que proponen.

A los quejosos les gana el odio, olvidan que el sistema presidencial mexicano con sus ventajas y desventajas nos ha llevado por el camino de las instituciones en la construcción de un modelo democrático que permite la elección más o menos libre de las autoridades. Con muchas fallas pero en franca y constante mejoría, las instituciones de nuestro País marcan cambios profundos desde 1989 a la fecha. Un tema tan importante como la revocación de mandato, no se pide en la mesa de un club social, se plantea en el pleno la Cámara de Diputados o de Senadores, se somete al procedimiento legislativo correspondiente y en su caso se aprueba o desaprueba dependiendo del sentido de la votación.

Lo sabe Noroña que es un ex legislador, Bartlett que es un ex Secretario de Gobernación, Sansores y Corral que son senadores de la República, lo saben todos los presentes a esa reunión de café desde donde se planteó una de las peticiones más absurdas de las cuales tenga yo en memoria. En un País que se pretenda democrático no se puede revocar el mandato por capricho, por coraje u ocurrencia.

Ese grupúsculo "revocacionista" no tiene claro que la figura del Presidente de la República está muy por encima de Enrique Peña Nieto, la figura presidencial en nuestro modelo de Estado se configura como el punto medular o el eje central del poder político nacional. Peña Nieto será titular del Ejecutivo por seis años de los cuales ya transcurrieron tres, la figura del Presidente ha prevalecido y prevalecerá hasta que cambiemos la Constitución Política de nuestra Patria. Es decir, siendo claros y justos; no podemos atentar contra la institución por no estar de acuerdo en la persona que conduce el País.

Coincido con cientos de miles de mexicanos, Peña Nieto es el peor Presidente que ha salido electo en la urna, lo desapruebo como lo desaprueba casi el 70 por ciento de los ciudadanos en el País. Nos debe quedar tatuado en la memoria el costo de elegir a un candidato que no tiene los méritos suficientes para llevar el cargo más importante y honroso de nuestro México. Lo debemos tomar en cuenta al votar en las próximas elecciones.

En un ejercicio imaginativo, si regresáramos el tiempo, y el ganador de la pasada contienda federal fuera Andrés Manuel López Obrador y hoy un grupo de mexicanos plantearan la revocación del mandato, cuando menos se les acusaría de golpistas, de facinerosos y desestabilizadores. Es peligroso atentar contra las instituciones, el fantasma del autoritarismo y el golpismo muy presente en pasadas décadas en América Latina, no ha dejado de rondar en el pensamiento de muchos que quieren llegar al poder sin pasar por el voto directo en las urnas, porque Layda, Manuel, Gerardo y Javier son eternos plurinominales. Luego le seguimos...

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