viernes, 19 de junio de 2015

Adiós PT, no te vamos a extrañar

O P I N I Ó N 
                                                                                                                                                          J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Gerardo Fernández Noroña se veía desesperado, eran décimas del porcentaje las que le faltaban al Partido del Trabajo para conservar el registro, 2.84 por ciento marcaban los cómputos del INE, necesitaban tan solo el 3 por ciento de la votación valida emitida en la elección del pasado 7 de junio, al final, devastado y con la cara descompuesta el ex legislador aceptó, no sin antes acusar de fraude al INE, los resultados que los dejaban fuera por tan solo 0.16 por ciento. El "descenso" del Partido de Trabajo lo dejó fuera de la jugada, fuera de la Cámara, pero sobre todo fuera del presupuesto. 

El PT nació en 1990 y perdió el registro en 1991 al no cumplir con la votación mínima requerida para seguir como partido político nacional. Se reagruparon y tejieron alianzas con grupos de izquierda, en 1994 accedieron a las primeras curules federales teniendo como candidata presidencial externa a Cecilia Soto, una sonorense brillante y destacada en temas diplomáticos. Desde su fundación en 1990 un personaje fue quien detentó el poder al interior del PT, su nombre: Alberto Anaya Gutiérrez, regiomontano fundador del Frente Popular Tierra y Libertad. 

En el convulso año de 1994, cuando estalló la revuelta armada chiapaneca, se vino la crisis económica más importante de la década y murió asesinado el candidato del partido oficial Luis Donaldo Colosio, el Partido del Trabajo optó por no aliarse al llamado Frente Democrático conformado entre el PRD y el PARM, quienes postularon al inigualable Porfirio Muñoz Ledo como candidato. Se dijo entonces que la fragmentación de la izquierda representaba una jugada maestra del PRI, y se acusó al PT de ser un partido "satélite" o "comparsa" del Revolucionario Institucional. 

Desde 1994 el PT mantuvo el registro hasta hace unos pocos días, en casi 24 años de existencia el control del partido recayó en su dueño Anaya Gutiérrez, personaje que mantuvo una sólida alianza política con Andrés Manuel López Obrador, hasta que el tabasqueño comenzó los trabajos para la fundación del Movimiento de Regeneración Nacional en 2012. 

Manuel Bartlett, aquel que fuera acusado por la izquierda de orquestar un fraude electoral en las elecciones de 1989, es Senador del Partido del Trabajo, por cosas de la vida, en dichos de su compañero de partido Gerardo Fernández Noroña fue "una caída del sistema" lo que dejó a su partido sin las prerrogativas presupuestales, le tocó comerse una de las que cocinó. 

Fernández Noroña es un orador de bravata, un bravucón de la izquierda al que le salieron mal las cuentas. Andrés Manuel lo invitó a Morena pero él tenía su jugada en el PT, desde abril de este año se sentía en la curul, sabía que encabezaría las propuestas plurinominales por la cuarta circunscripción, lo que no sabía es que la gente no votaría por su partido, no al menos la suficiente para darle el anhelado poder de la palestra y el fuero constitucional. 

Así, los cobijados bajo la manta roja de la estrella amarilla esperan cabizbajos la declaratoria del INE sobre la pérdida del registro, misma que será publicada en el Diario Oficial de la Federación en próximas fechas, comenzando con ello un proceso de finiquito sobre todos los bienes en inventario que dejarán de ser de la institución partidista, los mismo se procederá en la liquidación de los empleados del partido y el pago de las obligaciones fiscales. Adiós Partido del Trabajo, no te vamos a extrañar. 

Bajeza 
Dejo presente mi solidaridad con Ramón Eduardo Guevara, columnista de este rotativo en el sur del estado. Mi amigo Ramón está en el hospital luchando contra el cáncer como un valiente, desafortunadamente la emoción por la mejora de su salud no es para todos. Trascendió que, sabiendo la delicada situación del columnista, en un acto de intolerancia y censura, el Presidente Municipal de Escuinapa se presentó en Noroeste para pedir el "cese" de la columna Punto Cardinal, espacio periodístico de Ramón. Desde este espacio le digo y sostengo a Bonifacio Bustamante que es un hombre mal logrado, ventajoso y ruin, que los hombres y mujeres de valor arreglan sus diferencias de frente en igualdad de circunstancias y que nada justifica su pretensión, también mal lograda, pretendiendo silenciar a un compañero en el ejercicio de su libertad de expresión. Señor Presidente es usted un cobarde. Luego le seguimos... 

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