sábado, 17 de octubre de 2015

Traición al campo sinaloense

O P I N I Ó N 
                                                                                                                                                     J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 


Sinaloa es un estado con vocación agrícola, el volumen y la producción en el campo sinaloense lo convierte en uno de los principales estados productores de alimentos del País. Según la Sagarpa, la producción agrícola en Sinaloa en 2014 fue de 9 millones 750 mil 345 toneladas, mayoritariamente en granos con el 51 por ciento de la producción, hortalizas 25.8 por ciento y caña de azúcar 8.40 por ciento. El valor de la producción agrícola en nuestro estado es de 33 mil 708 millones de pesos.

Los productores del campo sinaloense saben competir en los mercados internacionales, son hábiles para entender las lógicas macroeconómicas de un negocio complicado. El tema del campo va más allá de hacer producir la tierra, una vez cosechado el producto viene el verdadero reto: venderlo o colocarlo a buen precio. En esto el mercado se regula solo, la oferta y la demanda se ajustan y desajustan hasta llegar a sus óptimos equilibrios según versa la teoría económica.

Lo cierto es que no es así. Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, mantiene desde hace más de 20 años una política de protección agropecuaria que "blinda" a sus productores y les facilita las cosas en todas las etapas de la producción agrícola, los subsidios para el campo en el vecino país van del 40 por ciento al 80 por ciento dependiendo el tipo de cultivo. Los productores del campo estadounidense tienen apoyos directos para la siembra, cosecha y comercialización de su producción. La competencia entre productores mexicanos y estadounidense no es pareja, varios tópicos del Tratado de Libre Comercio son letra muerta. Aun así, bajo esas condiciones inequitativas, la tenacidad y el esfuerzo de los hombres y mujeres del campo dan la batalla en los mercados internacionales.

En el paquete de reformas aprobadas por la legislatura pasada en la Cámara de Diputados, el PRI impulsó una reforma fiscal que castigó severamente a los productores agrícolas de todo México, gravando con tasas superiores al 6 por ciento varios productos indispensables para la producción agrícola. Los nuevos impuestos al campo se trasladan a toda la cadena productiva, terminando en consecuencia en el encarecimiento de los alimentos.

Es común ver a los políticos sinaloenses en eventos agropecuarios. Caminan en las ferias agrícolas y ganaderas con botas y sombreros, secan el sudor del momento con paños rojos como lo hace la gente del campo, tratan de representar lo que no son, simulan entender lo que no entienden. Les tienden la mano a los agricultores pero en los momentos decisivos los traicionan.

Así se comportaron los diputados federales del PRI en la pasada legislatura, como unos verdaderos traidores. Votaron a favor del impositivo aumento a la producción agrícola. En contra de las voces de los miles de productores sinaloenses dieron su voto de espaldas al gremio que dicen representar en las filas de su partido.

En esta legislatura el PRI en Sinaloa tiene una gran oportunidad para reivindicarse con una de las causas originarias de su fundación. Recae en un legislador sinaloense la gran responsabilidad de la presidencia de la Comisión de Agricultura y Sistemas de Riego, una posición estratégica para replantear el abusivo impuesto en cuestión.

El Diputado Federal Germán Escobar, electo por el principio de mayoría en el distrito sexto del sur de Sinaloa, tiene una oportunidad histórica e irrepetible para cumplir con un reclamo justo y pertinente de los productores agrícolas sinaloenses.

Algunas voces anticipan que la reforma al campo viene en este primer año legislativo. Los actuales diputados sinaloenses deberán salvar lo comprometido en la ignominiosa votación de sus antecesores. Germán Escobar deberá hacerle honor al sombrero que utilizó en campaña pero sobre todo al gremio que en títulos representa.

Para que la historia no sea la misma como con Heriberto Galindo, Francisca Corrales y Jesús Valdés: esos diputados de los que me acuerdo se ponían el sombrero para la foto pero nunca se pusieron en los zapatos de los productores sinaloenses, a esos a los que siempre agradecieron en discursos y terminaron por traicionarles en los hechos. Luego le seguimos...

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