viernes, 13 de noviembre de 2015

PRI: heridas que no sanarán

O P I N I Ó N 
                                                                                                                                                      J E S ú S   R O J A S   R I V E R A 



Pude titular la presente como: ¿Ya llegó Ramiro Hernández?, o ¿Ah, qué no venía un delegado? Pero decidí utilizar el espacio para hablar de los costos, de lo que le tocará pagar al PRI por el desorden y el desaseo que tiene al interior de su institución política. Desde hace más de un mes se anunciaron las "campañas negras". Dije entonces que se escuchaba el redoble de los tambores de guerra, se veía venir. Varios personajes de la política local y columnistas, en ilusa reflexión, afirmaron que la figura del delegado enviado por el CEN del tricolor, pararía el baño en lodo. Se equivocaron.

La figura del recién llegado Ramiro Hernández exculpó a la verdadera responsable del desorden. La Diputada Martha Tamayo despacha pero no dirige al PRI, ha sido permisiva con los preprecandidatos al punto de llegar a sembrar entre ellos rencores que no alcanzarán a sanar. Al interior del PRI lejos de pensar en un pacto de concordia y paz, los equipos se preparan para nuevas escaramuzas en el lodazal.

Desde fuera le damos la razón a todos, se están diciendo sus verdades, hablan de lo que entre ellos conocen muy bien. Por eso los clásicos de la Ciencia Política marcan los conflictos intestinos como los más peligrosos: nadie conoce mejor a un oponente que aquel que con quien antes compartiera trinchera. Para el caso, toda ofensa, acusación, recargo, agravio, insulto o escarnio que se repartan los priistas entre ellos, tiene mucho de cierto.

Cierto es por ejemplo que Diva Hadamira tiene patrimonio y propiedades que nunca hizo públicas, que salen a la luz en esta guerra pero que no cambian la naturaleza del hecho. La Senadora por Sinaloa es una mujer de oficio público con una declaración patrimonial secreta, que en sociedad familiar son poseedores de bienes inmuebles de alta plusvalía.

El Senador Aarón Irízar corrió con suerte. La filtración a redes sociales y la promoción de un video acusatorio en la página de Youtube.com no debe tomarse como la ofensa en directo. El video manda un mensaje claro, deja a todos un recordatorio de que en Sinaloa se pueden obtener conversaciones telefónicas de los actores políticos. ¿Quiénes, cuándo y para qué? Es cosa que deben saber ellos mejor que nosotros.

Al otro Senador priista, cacique magisterial, en realidad no le ha tocado mucha candela, salvo una andanada de "memes" –ediciones fotográficas chuscas que circulan en Internet- por el reparto de veladoras con su imagen el pasado día de muertos. Error de cálculo no atribuible a sus contrincantes, sino a su mostrenca estrategia de posicionamiento, reflejo de su manera de entender la política.

A Gerardo Vargas, Secretario General de Gobierno, nadie lo acusa de manera directa pero todos lo señalan. Se convirtió en el villano favorito, de manera velada todos los pretensos hacen correr las versiones de que "todo" es una campaña orquestada desde sus oficinas. Nadie ofrece pruebas de ello y nadie se atreve a cuestionarlo de frente. También contra él la emprenden.

Sergio Torres por su parte tiene el escenario más negro de todos. Obran en contra suya quejas por campaña anticipada, un procedimiento de desafuero por desacato a un Tribunal, múltiples quejas de la ciudadanía por la deficiencia en los servicios públicos de un Culiacán abandonado, una crisis financiera sin precedentes en la Comuna, el histórico de las sentencias electorales en su contra que lo hacen ver como un transgresor de la ley, el repunte en los índices de violencia en la capital y las abiertas críticas de organismos ciudadanos y cámaras empresariales por su campaña estatal de posicionamiento disfrazada de promoción turística. De todo ello se excusa diciendo que "hay culebra en el agua", apuntando con su dicho al Palacio de Gobierno.

De los otros preprecandidatos aún no tenemos noticias. Pero personajes como Heriberto Galindo y Óscar Lara podrían estar tranquilos, visto está que la guerra se focaliza entre los punteros y en ese sentido, si Jesús Vizcarra decide asomar la cabeza, no tardarían mucho en meterlo al chiquero en el que tienen convertido el preproceso interno tricolor en donde de seguir las afrentas esas heridas que se están causando no alcanzarán a sanar en tan corto tiempo. El triunfo electoral que parecía inminente comienza a complicarse. Luego le seguimos...

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