viernes, 30 de diciembre de 2016

¿A quién debemos culpar del desabasto y los gazolinazos?

O P I N I ó N

                                             Jesús Rojas Rivera

Camino a Valladolid, una centenaria villa colonial en la península de Yucatán, paramos en una gasolinera para cargar combustible. La respuesta fue la misma que kilómetros atrás: “no hay gasolinas, tenemos una semana vendiendo puro diésel”. Además de Yucatán y Quintana Roo, cosa que me consta, amigos y conocidos me han reportado desabasto en Colima, Veracruz, Jalisco, San Luis Potosí y Zacatecas, y seguramente habrá más lugares sin combustible. ¿Por qué en pleno diciembre vivimos esta escena tan a la “venezolana”?

El Gobierno federal en un intento de disculpa nos indica que son tres las causas principales que han provocado el desabasto. La primera es que en diciembre se incrementa el consumo de combustibles, pero hemos pasado varios diciembres y nunca se había visto un desabasto masivo que se extiende a más de 13 entidades del País. La segunda explicación es la baja producción de Pemex en el último bimestre por diversos procesos de mantenimiento y revisión de ductos, y por último, la excusa más extraña de todas: la falla de los ductos por el robo de gasolina.

Así como lo escucha. El gobierno asegura que es el robo de combustible una de las causas principales del desabasto, una aceptación tácita de la incompetencia gubernamental. ¿A quién corresponde el cuidado y protección de los ductos petroleros? Adivinó usted, al propio Gobierno federal. Es decir, el gobierno acepta que por su incompetencia, millones de mexicanos sufren desabasto de combustibles, aunque algunos expertos apuntan a otras causas.

Pero lo anterior no nos explica el aumento, y para ello debemos despejarnos de tanto dime y direte. Andrés Manuel López Obrador en su clásica retórica retardataria culpa al “PRIAN”, como siempre sin ofrecer argumentos, él dice que la culpa es de la “mafia del poder”. Interesante tomando en cuenta que el líder de Morena hace muchos años que no paga de su bolsa un peso de gasolina, vive como sabemos de las prerrogativas del partido y “otras” fuentes de financiamiento, hasta ahora no explicadas.

Pero bueno, lo que debemos tener claro es que el aumento de las gasolinas no guarda vínculo con la reforma energética, esa es una mentira fundada en la desinformación. La relación del aumento a los combustibles tiene que ver con el IEPS o Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, ese impuesto se paga por la producción, venta o importación de gaasolina, alcoholes, cervezas y tabacos principalmente, es un impuesto indirecto que el consumidor “en teoría” no paga (la realidad es que siempre terminamos pagando todo los consumidores finales).

Es decir, a juicio de su servidor, lo que está mal no es la reforma energética o la liberación del precio de los combustibles, sino el impuesto excesivo que el gobierno cobra a fin de mantener los altos gastos de la burocracia.

Este como todos los temas tiene que ver con la eficiencia del gasto del gobierno, por esa absurda idea de recaudar a costillas de los que siempre pagan, por eso creo que la responsabilidad ciertamente está en los legisladores que aceptaron la propuesta del Ejecutivo, pero ineludible también es la responsabilidad del titular del Ejecutivo y las secretarías involucradas.

Para finalizar quiero concluir con una reflexión: los intentos de “complot” o “boicot”  a los que llaman distintas voces en redes sociales y algunos medios de comunicación para “obligar” al gobierno a que reduzca los precios de los combustibles no son más que necedades absurdas y ocurrencias de momento. Si quiere darle una lección a los políticos a los que usted considere culpables de estos aumentos abusivos, la solución no está en berrinches, la solución está en la urna en las siguientes elecciones. Ahí cóbreles todas las ofensas de las que se duele, ahí descargue usted el coraje para que se enseñen a trabajar con seriedad y responsabilidad. Luego le seguimos...

viernes, 16 de diciembre de 2016

Quirino, gobernar no es fácil

OPINIÓN

                                                                                                      Jesús Rojas Rivera

En la comida un buen amigo me dijo: “No tiene experiencia gubernamental, apenas fue unos meses Diputado federal, él está en otro rollo, nunca ha vivido un estira y afloja para armar los presupuestos y los paquetes fiscales. Quirino va a entender de la peor manera que gobernar no es fácil, que se requiere un cuerpo sólido de asesores que sean eso, asesores, y no políticos que busquen empoderamiento en la cercanía con el Gobernador”.
 
Mi viejo amigo no se equivocó, en las primeras acciones presupuestales, al Gobernador electo se le complicaron los planes. ¿Por qué asumir costos innecesarios? ¿Por qué protagonizar en un ejercicio que formalmente no le corresponde? ¿Para qué empeñar el pequeño bono de legitimidad que todo gobernante tiene al tomar protesta?
 
El gran fallo del Gobernador electo fue de cálculo político, de tablas, de experiencia. Quirino decidió comenzar el ejercicio de gobierno peleándose con una base electoral que lo apoyó abiertamente, los micro, pequeños y medianos empresarios que en suma forman el 96 por ciento de la base tributaria que sostiene Impuesto Sobre la Nómina en Sinaloa. 
 
Platiqué con algunos amigos empresarios a los que los diputados les dieron su “regalo de Navidad”, ninguno de ellos está pensando en Malova, todos apuntan sus corajes contra Quirino, a quien consideraban un aliado hasta hace unos días. Sinceramente no hice ni el menor intento por explicarles quién arma los paquetes fiscales anuales y cómo se discuten en las comisiones los aumentos tributarios, cuáles son los papeles del Ejecutivo y el Legislativo en la materia. Si la oficina de comunicación de Quirino no hace su trabajo y los diputados de su partido le dejaron llegar el agua hasta el cuello, ¿por qué habría de aclararles algo que además es muy difícil de creer?
 
Con esas peripecias arranca el Gobernador a menos de 15 días de tomar protesta, los que saben y estuvieron en su campaña entenderán el por qué de las cosas. Quirino está pagando los costos de la falta de oficio político, la novatada que anticipa un periodo de gobierno de altibajos. Si el Gobernador electo quiere salir adelante, tendrá que quitarse de lado a todos los actores políticos que buscan veladamente su perjuicio. Él los conoce y sabe perfectamente sus alcances.
 
El que verdaderamente está de festejo es el Gobernador Mario López Valdez, la transición le está saliendo barata, él y sus operadores han demostrado destreza para jugar sus roles, su relevo está cargando los platos rotos, con pacto o sin él, Malova le está dando clases de cómo se mueve el mazo de la baraja en las manos de los tahúres.
 
**Apunte final**
 
Hoy por ejemplo la burocracia sinaloense protesta porque solo les pagarán una quincena de sus dos meses de aguinaldo. ¿Cuánto le pagan a usted por esta prestación de fin de año? ¿Por qué la clase política y la burocracia deben recibir mayores prestaciones que el común de la población? ¿Por eficientes? ¿Por prestar sus servicios al Estado? Si el tema es que el Gobierno está en crisis, bien debieran asumir los recortes a sus prerrogativas. 
 
Si Quirino quisiera enmendar los daños que los impuestos han causado, debería hacer un llamado a los burócratas enardecidos a mantener la calma y regresar a sus puestos de trabajo abandonados en protesta. Debería en el arranque de su administración ajustar los gastos generados por la alta burocracia, eliminar los dobles sueldos y las plazas duplicadas o triplicadas. 
 
Yo le sugeriría un mensaje contundente: “Debido a la crisis, en mi Gobierno solo pagaremos aguinaldos conforme a la Ley, aquellos trabajadores que quieran luchar por Sinaloa en total austeridad y eficiencia sean bienvenidos, los que no, con gusto les recibimos su renuncia”. Con una declaración así, entonces se ganaría el respeto de muchos miles de ciudadanos. Luego le seguimos...

viernes, 9 de diciembre de 2016

El PAN en su encrucijada

O P I N I Ó N

                                                                                                                     Jesús Rojas Rivera

El próximo domingo 11 el Partido Acción Nacional celebrará elecciones en Sinaloa, los casi 15,000 militantes del blanquiazul en el estado elegirán al próximo dirigente estatal. Dos figuras pelean a sangre y fuego el cargo, por un lado el mazatleco Alejandro Higuera Osuna y por otro el concordense Sebastián Zamudio Guzmán, entorno a ellos los grupos políticos del blanquiazul están verdaderamente enfrentados.
 
Durante la breve campaña los aspirantes se han dicho de todo, bastó ver unos minutos el debate organizado por la Comisión Electoral para darse cuenta que las acusaciones mutuas demuestran lo que a todas luces se asoma, el “pleito” albiazul no es simulación. 
 
El PAN sinaloense en sus últimos años ha vivido momentos críticos, se desplomó a tercera fuerza estatal y como es natural esa derrota “nació huérfana”. Lejos de superar sus adversidades y asumir sus responsabilidades los liderazgos se dedicaron a repartir culpas entre ellos. 
 
Entreguistas, vendidos, tramposos, aprontados, corruptos, simuladores, son los calificativos con los que se expresan los candidatos y simpatizantes en contienda. Queda muy claro que el peor enemigo de un panista, es otro panista. ¿Por qué se faltan tanto al respeto y se tratan con tanto desprecio? Recordemos un poco de historia.
 
El PAN no nació como un partido satélite del PRI, por el contrario, se gestó en la lucha de una oposición firme al tricolor, los panistas se jactan de ser un partido con ideología y mística, con tener una plataforma de valores políticos bien cimentados en el humanismo, doctrina filosófica que los hace diferente a cualquier otra institución política del país. 
 
Desde siempre el PAN ha vivido sus procesos electorales a flor de piel, grandes desencuentros se han dado a lo largo de la historia del partido. La mayoría de los desencuentros pasaron del orden ideológico al pragmático, memorables aquellos desencuentros de Pablo Emilio Madero contra González Morfín, Manuel Espino contra Felipe Calderón, o los del propio Calderón contra Castillo Peraza, para no irnos lejos valdría la pena recordar los airados desencuentros entre Madero y Cordero en torno a la dirigencia nacional, o los desencuentros que marcan los tonos de esta campaña enrarecida, los de Calderón contra Anaya y Moreno Valle en torno a la disputa por la candidatura presidencial. 
 
Pero en Sinaloa las diferencias, afrentas y confrontaciones no responden al orden ideológico, sino de lo prragmático, de la conveniencia e interés. Así, los panistas baten los tambores de guerra, el domingo habrá una elección cerrada donde resulta difícil anticipar un ganador, la moneda está en el aire. Ningún otro partido vive procesos electorales como en el PAN, ni en el PRI que es el más vetusto de los partidos están acostumbrados a elegir a sus dirigentes, la lógica del tricolor es y será el dedazo, la línea y la disciplina abyecta. Pero tampoco en partidos “modernos” están acostumbrados a elegir, la sumisión partidista también es propia de Morena, en el partido de Andrés Manuel López Obrador todo aquel que se opone a una directriz nacional es expulsado y considerado “aliado de la mafia del poder”. 
 
El PAN nunca ha sabido explotar su costosa democracia interna, nunca escuchará usted un discurso propositivo de sus candidatos, los contendientes parecen estar acostumbrados a ganar dañando al contrario, es más una pelea de gallos que un juego de ajedrez. Pero el tono de los contendientes es el que le gusta al electorado blanquiazul, la  militancia es pasional y guarda rencores añejos, le tienen un extraño amor-odio al partido y sus líderes. Nunca me dejará de sorprender, muchos panistas son feroces críticos ante su dirigencia y dóciles voces frente a los gobiernos del PRI y los partidos antagónicos. 
 
El PAN tiene en sus manos el destino de su futuro, si son capaces de procesar sus diferencias haciendo valer el arte de la política, privilegiando el diálogo y abrazando por un momento los ideales de sus fundadores, podrán ser el partido competitivo que muchos ciudadanos esperan para poder hacer frente a la izquierda que cierra filas en torno a Andrés Manuel López Obrador. Si por el contrario, desprecian la paz y se declaran la guerra, formarán parte de la oposición en el mandato de aquél que ellos mismos apodaron “el peligro para México”, mientras tanto, el mayor peligro para el PAN es el panismo. Unidad o división, esa es la encrucijada. Luego le seguimos...

viernes, 2 de diciembre de 2016

Socialismo falaz

O P I N I Ó N

                                                                                             Jesús Rojas Rivera

En 2006 llegué al aeropuerto José Martí en un vuelo de Cubana de Aviación, una de las pocas empresas estatales competitivas en la isla. Era parte de un contingente de 25 compañeros, alumnos de diversas carreras de la Universidad de Guadalajara, la mayoría consejeros y presidentes estudiantiles. Estaba entusiasmado con el viaje desde hace muchos años, más por la tradición de libre cátedra que por directriz académica, en mi Alma Mater se impartían clases de socialismo. Tengo bien presente que mi primer contacto con el socialismo en Cuba fue un letrero gigante que alcancé a ver por la ventanilla del avión: “Muerte a los traidores y enemigos a la Revolución”. 
 
¿Quiénes?
 
El socialismo plantea una atractiva igualdad para todos los cubanos, un modelo utópico donde a decir de Ernesto “Che” Guevara: “El Estado provea lo necesario para la vida”, un paradigma distinto de distribución de la riqueza, en donde no existe la propiedad privada, sino la propiedad comunal. Donde el Estado “justo” interviene en todas las fases de la economía y donde toda participación política se debe conducir bajo el mando de un partido único, el Partido Comunista de Cuba. 
 
En mis primeros días de estancia asistí a una ceremonia de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes, una organización estudiantil de izquierda que agrupaba a líderes bachilleres y universitarios. Al terminar el evento caminamos a Coppelia, una heladería muy popular en la capital cubana, había dos formas de comprar en ella: como turista y como cubano, la diferencia era el precio y la fila, el sabor era el mismo. Los cubanos y nosotros que teníamos categoría de invitados por el régimen debíamos formarnos al menos una hora para comprar un helado a precio de 3 pesos cubanos, 1.5 pesos mexicanos de entonces. Mientras que si decidías la opción turista te costaba 5 CUC, más o menos 4.5 dólares. Cierto es que todos los cubanos tenían derecho a comprar un helado, pero sólo uno. Me queda claro que el helado no es un alimento, pero la escasez y racionalización de bienes de consumo no era exclusiva para dulces o postres. En la isla nunca se tenía suficiente de nada.
 
Todos los días recorría las hermosas y destartaladas calles de La Habana junto con amigos del Partido Comunista, cuando ellos me acompañaban la gente se veía feliz y nadie nunca habló mal del Comandante Fidel. Conocí entonces la obra literaria de uno de mis autores favoritos, José Martí, mis guías eran amantes de la historia oficial de su país, el recorrido nos mostraba la parte más vanguardista de la capital, barcos rusos y españoles en el puerto descargaban mercancías y automóviles. Nosotros paseábamos en un Cadillac hermoso, pero en Cuba no todos los ciudadanos pueden tener automóvil, para poseer un automóvil debes tener un salvoconducto, lo mismo para adquirir un inmueble. 
 
Un día que no me acompañaron los guías oficiales platiqué con múltiples personas, y no todas amaban a Fidel. Muchas se quejaban de la escasez de alimentos y la falta de servicios, el periódico oficial Granma se dedicaba al elogio de toda acción de gobierno, estaba proscrito el derecho a opinar ideas “contra revolucionarias” y estaba prohibido también salir del país bajo cualquier circunstancia. El cubano que abandonaba su tierra tomaba la categoría de traidor y si regresaba se iba a la cárcel, las familias de los exiliados sufrían consecuencias, en Cuba el régimen confundía constantemente la justicia con la venganza. 
 
Nunca olvidaré aquél día que en el monumento al libertador Antonio Maceo conocí a Miguelillo, un jovencito que volaba un papalote. Me aseguró que nunca en sus 10 años de vida había probado un chocolate, así que fui a mi hotel y le regalé uno, y él en gratitud me regaló su cometa. Entonces me dijo: “Yo he soñado con hacer un papalote muy grande para amarrarme con mi mamá y salir volando de aquí”, le pregunté que si a dónde quería ir, y respondió: “A donde sea, a donde mamá no llore porque le dicen puta traidora, y donde a mí me dejen de decir hijo de traidor”. En el resto de la plática me enteré que su papá murió en el mar cuando intentó huir en una lancha de llanta en 1999. Mi sueño revolucionario se desmoronó ante las palabras del muchacho, la Cuba socialista que Fidel vendía al mundo era en realidad la máscara de una perversa dictadura que apenas estaba descubriendo. Luego le seguimos...

viernes, 25 de noviembre de 2016

Culiacán y Navolato, ¿la nueva metrópoli?

O P I N I Ó N

                                                                                                                      Jesús Rojas Rivera

Culiacán y Navolato han hecho lo propio, se constituirán como una zona metropolitana. Según los alcaldes Sergio Torres Félix y Miguel Calderón Quevedo, se cumplieron las formalidades para la declaratoria. Más allá del discurso triunfalista de los ediles resaltan serias irregularidades que muestran lo endeble de una propuesta que apunta al verdadero fondo del proyecto de “metropolización”: la búsqueda desesperada de una bolsa de recursos federales extraordinarios para solventar las deudas municipales cada vez mayores.
 
Culiacán reporta una de las deudas más grandes del país, según la Auditoría Superior del Estado la capital tiene un endeudamiento mayor a los mil 450 millones de pesos. Navolato es el cuarto municipio más endeudado de Sinaloa y la estimación es de 190 millones de pesos. De concretarse el reconocimiento de zona metropolitana se podrá participar en la distribución de alguna parte del Fondo Federal Metropolitano que ronda en los 10 mil millones de pesos.
 
En México existen 59 zonas metropolitanas, en ellas se concentran 57 de cada 100 mexicanos, aproximadamente el 70 por ciento del PIB se genera en ellas. En el mundo la tendencia a la “metropolización” comienza alrededor de 1950, pero las macro-urbes llegaron a cambiar la geografía de nuestro país a principios de los años ochenta. Según el documento para la Delimitación de Zonas Urbanas de CONAPO, 367 municipios integran las 59 zonas metropolitanas, 263 de ellos son los municipios “centrales” y 43 municipios exteriores, en nuestro caso Culiacán sería un municipio central y Navolato uno exterior. 
 
De ninguna manera considere usted amable lector que estoy en contra de la conformación de la zona metropolitana y del acceso a esa jugosa bolsa de recursos que bien implementados podrían traer múltiples beneficios. Estoy más bien en contra de la mediocridad que envuelve a los titulares de las administraciones públicas integrantes de la neo metrópolis, los que por fortuna ya se van.
 
La conformación de zonas metropolitanas también presenta externalidades, quienes afirmen que todo es positivo al conglomerar las actividades sociales y económicas de dos o más comunidades mienten. La reconocida arquitecta y experta en desarrollo urbano Sara Topelson afirma que sin ordenamiento y sin un estrictoo cumplimiento de la normatividad, el desarrollo de las metrópolis simplemente no podría existir.
 
Las zonas conurbadas presentan enormes desafíos como el nacimiento de nuevas zonas de pobreza o cinturones de marginación, aparejado con la concentración de desempleo, la desigualdad en la prestación de servicios públicos, la congestión vial, contaminación ambiental, falta de infraestructura básica en el equipamiento urbano y por supuesto la inseguridad. Cuando vemos las características de los gobiernos actuales de los municipios en cuestión, saltan a la mente problemáticas que han sido propias y recurrentes en estos dos municipios y que la literatura respecto al comportamiento de las grandes urbes nos anticipa se presentarán. No se puede pretender la metropolización desde la incompetencia e ineficiencia gubernamental.
 
El reto será para las administraciones venideras, en sus manos estará la posibilidad de cumplir con las expectativas para el desarrollo que el modelo metropolitano representa. En sus manos estará mejorar por mucho la prestación de servicios públicos y el sistema de transporte, el drenaje pluvial que afecta a los dos municipios y por supuesto la seguridad pública. 
 
Si Jesús Valdés y Rigoberto Valenzuela toman en serio el modelo de desarrollo metropolitano, se apegan al seguimiento de los planes estratégicos, cumplen eficientemente los programas y detienen el endeudamiento, pero sobre todo si cumplen y hacen cumplir la ley, estoy seguro que casi de manera inmediata comenzarán a verse los resultados, no necesariamente porque sean mejores, sino porque al menos en Culiacán la administración que hoy gobierna ha probado ser pésima por su ineficiencia, ineficacia y ganas de burlar la ley. ¿Exagero? Ahí están los números, esos no dejan mentir. Luego le seguimos...

viernes, 18 de noviembre de 2016

Breve reflexión sobre la verdad y la mentira

O P I N I Ó N

                                 Jesús Rojas Rivera


Hace poco se retomó y circuló un texto del extinto novelista José Saramago donde planteaba la siguiente pregunta: ¿Qué derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice? Sentí mucho interés en responderla, sentí que la pregunta era directa, como muchas otras que el Nobel portugués hizo mientras vivió, para explicarse el mundo de lo cotidiano. ¿Por qué la gente tiene que creernos a nosotros los que escribimos?, ¿qué responsabilidad guardo con mis contados lectores?, ¿debo suponer que me creen?

Siempre me ha gustado la filosofía (la practiqué hasta que me lastimé la rodilla), creo que ahí se inscriben las grandes dudas que la humanidad sigue sin resolver, las cuestiones universales que nos acompañan desde que el hombre tuvo conciencia de su existencia. Saramago removió la duda: ¿qué es la verdad? y ¿cómo se escribe con la verdad?

Si me pongo a conceptualizar no me alcanzarán los contados párrafos de esta columna, además sería infructuoso porque la verdad se ha definido de mil formas en la historia. Martín Heidegger -un filósofo alemán del siglo pasado-, dijo que la verdad debe ser entendida desde su esencia. Los hombres libres buscan la verdad porque es propia de ellos, el hombre no posee la verdad, la busca y la construye. Desde el idealismo, la verdad se construye en “ser y el tiempo”, es decir, lo que es verdad hoy puede dejar de serlo en dos días, tres meses, cuatro años o un siglo. La verdad no es una constante, es un consentimiento colectivo o social, “veritas est adaequation rei et intellectus”, la verdad es la adecuación del conocimiento a la cosa. Dentro de la filosofía, es la metafísica la que se encarga de estas cosas, del carácter ontológico del problema fundamental de la verdad que Saramago me trajo a recuento y por lo cual escribo esta columna. 

Tenemos pues que la verdad se construye por el ser y se explica en los tiempos y la historia. Pero esto puede ser una mentira, porque hay otras formas de pensamiento que aseguran que la verdad es absoluta y está por encima del entendimiento del ser, afirman que la verdad es luz y alimento del hombre, que cuando se le descubre esta se “pega” al alma y le “infunde” vida interior. Al menos así lo sostiene San Agustín, el Santo Obispo de Hipona. ¿Ven lo difícil que es ponernos de acuerdo?

Ahora bien, si no tenemos de cierto el concepto “veritas”, ¿cómo es que le puedo faltar a la verdad a mis lectores? y ¿Por qué Saramago supone que los pocos que me leen están pensando que no miento? 

Un ejemplo práctico: mi abuela es una mujer honorable, nunca me ha mentido y yo he procurado no mentirle jamás. Un día platicando con ella afirmé que Agustín Lara era el más grande compositor mexicano de todos los tiempos, ella me dijo que estaba de acuerdo, y en ese momento construimos una verdad que nos satisfacía a los dos. El problema vino después, cuando dije que nadie había interpretado mejor sus boleros que Javier Solís. Mientes, me dijo, las mejores interpretaciones de Agustín Lara las hizo él mismo. ¿Miento? o ¿mintió?

Este es justo el punto a donde quiero llegar, a replantear el sentido de la verdad para los que Saramago llamó con cierto desprecio “opinólogos”. Así también a otros menos brillantes que con soltura y maldad critican el ejercicio de nuestra libertad de expresión, la cual estoy consciente debe tener límites éticos más que jurídicos y dogmáticos. 

Desde mi poca experiencia en el papel como novicio de la pluma, le anticipo amable lector que no es mi pretensión hacerle creer que digo la verdad y mucho menos adueñarme de ella. Escribo, o intento hacerlo, más allá de la gentil aprobación del respetable, incluso al revés, publico sin la mortificación de saber que al poner mis ideas en un medio de comunicación como este, serán sujetas al juicio de la historia en función de la congruencia de mis dichos con mis actos. 

Aparte de escribir columnas los viernes, soy un lector consuetudinario de información, leo muchas noticias, artículos y columnas por semana. También soy público, pero a los columnistas y jefes de prensa no les exijo mucho. Con el tiempo se aprende a pasar la página del que no le gusta, y concentrarse en leer lo que a uno le interesa. Hay a quienes les pagan por escribir, y otros que lo hacemos gratis. Un abrazo a todos. Luego le seguimos...

viernes, 11 de noviembre de 2016

La base electoral de Trump

O P I N I Ó N

                                                                                                                          Jesús Rojas Rivera

Contra todos los pronósticos, Donald Trump ganó las elecciones del martes pasado. Al elector estadounidense no le importó su discurso xenófobo, misógino y vulgar. No le importó su inexperiencia política, sus desplantes arrogantes y el menosprecio a los valores de la tradición americana que buscan en sus representantes hombres medianamente cultos. Algunos analistas que saben mucho de política americana afirman que justo por ello ganó, porque fue capaz de mover a un público elector desencantado de la política, ajeno a la historia y con ganas de desafiar el “establishment”.
 
El periódico New York Times publicó los primeros estudios de comportamiento electoral sobre el proceso del 8 de noviembre, estos resultados guardan similitudes importantes a lo expuesto por la Edison Research, una casa de estudios estratégicos que trata de determinar el perfil del votante para cada uno de los candidatos en contienda.
 
Para empezar, los expertos afirman que Trump, el candidato republicano, recibió el voto del 53 por ciento de las mujeres, mientras que Clinton, la abanderada demócrata, sólo obtuvo el 41 por ciento. La suposición de que Hillary era la candidata preferida de las mujeres y que Donald pagaría caro su machismo fue errónea.
 
El perfil de votante mayoritario del candidato republicano se describe así: hombres y mujeres de raza blanca, de 45 o más años, estudios no mayores a preparatoria, con ingresos anuales entre los 50 mil o 99 mil dólares, habitantes de ciudades pequeñas o rurales, conservadores y muy religiosos, mayoritariamente protestantes y católicos.
 
No nos corresponde juzgar a los electores estadounidenses, los mexicanos no tenemos calidad moral para recriminar las “valoraciones” electorales de nuestros vecinos. 
 
Nosotros elegimos hace poco más de cuatro años a un Presidente que demostraba desde su campaña no ser un hombre de muchas luces ni de brillantez intelectual. Venía ciertamente de gobernar una entidad importante como el Estado de México, pero todos sabíamos que sus capacidades no eran las mejores para llevar las riendas del País.
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Resulta curioso pero revisando el perfil de los electores de Peña Nieto y el PRI, se asemeja al perfil de los votantes de Trump, de clases medias y medias bajas, de zonas rurales, ciudades pequeñas y de bajo nivel escolar, los ciudadanos con mayores niveles de pobreza fueron la base electoral que llevó a la presidencia al PRI. Trump y Peña Nieto sostuvieron sus triunfos en bases electorales con bastantes similitudes.
 
Trump será Presidente y por hoy nadie lo puede remediar, pero no debemos alarmarnos, nuestras pesadillas no comenzarán de inmediato, las deportaciones no serán masivas, ni los inmigrantes serán cazados como muchos se imaginan, el muro se podrá o no construir pero dudo mucho que lo terminemos pagando nosotros, además de que el Tratado de Libre Comercio no perderá total vigencia. Las instituciones del modelo americano tienen funcionando por lo menos 200 años más que las nuestras, aunque suene extraño debemos confiar en ellas, si algo puede detener la locura de Donald es precisamente el sólido entramado institucional que ha probado efectividad aún en los momentos más difíciles. 
 
Si Trump pretende imponer una ley que rompa o vulnere una garantía constitucional, la Suprema Corte de Justicia no lo permitirá. Si Trump violenta algún tratado internacional, no tengan duda que el Senado se lo habrá de sancionar. Si Donald pretende hacer negocios al amparo del poder, sin duda los representantes lo habrán de llevar a juicio. Los contrapesos del poder en el modelo americano no son ni remotamente parecidos a los que estamos acostumbrados. Luego le seguimos...
 

viernes, 4 de noviembre de 2016

De pobreza social y mezquindad gubernamental

O P I N I Ó N

                                                                                                          Jesús Rojas Rivera


La pobreza no se ha erradicado en Sinaloa, por el contrario, crece. Según el Coneval 4 de cada 10 sinaloenses la padecen, los gobiernos federales y estatales invierten millones de pesos en acciones para abatirla, pero el comportamiento de la pobreza lejos de ceder aumenta. Así lo demuestran las cifras oficiales, en Sinaloa 1 millón 011 mil ciudadanos están clasificados en los dolorosos números de la pobreza o la marginación.

Pero el fenómeno no ataca parejo, se ensaña con algunos municipios más que con otros. Mientras algunas municipalidades avanzan en contados rubros, en otros su población aumenta en carestías, en rezagos, y con las evidentes repercusiones en la calidad de vida, la pobreza en Sinaloa ya ha matado de hambre. En nuestro estado hay carencias, pero en Badiraguato, Cosalá, Choix y Escuinapa están los más pobres de los pobres.
De las mil formas de evaluar la pobreza, los expertos marcan una variable importante, tiene que ver con el ingreso de las familias, para ello desarrollaron un índice denominado “de la tendencia laboral de la pobreza”, que mide principalmente el número de familias cuyo ingreso laboral sea menor al de la canasta básica, se le llama ITLP y se encuentra dentro de las evaluaciones generales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

En la última medición publicada del primer trimestre de 2015 al primer trimestre del 2016 hubo un aumento de 13.9 por ciento en este sector, es decir, donde los ingresos laborales de las personas son menores al valor de la canasta alimentaria. Por eso es que el Gobierno federal a través de la Sedesol implementa programas para elevar el ingreso de las familias empleando temporalmente a alguno de sus miembros en actividades de beneficio comunitario. Este programa se aplica en zonas de alta y muy alta marginación, paga hasta 3 mil pesos por mes y puede prolongarse en un periodo de dos meses.

Otras veces he dicho ya que Escuinapa es uno de los municipios más golpeados por la pobreza, que su índice de desarrollo humano es bajísimo y que los servicios públicos son deficientes y excluyentes. En buena medida las políticas para combatir la pobreza no han funcionado porque las autoridades municipales de manera abusiva han entregado los recursos destinados a la atención de los más necesitados a grupos de afinidad política del Alcalde, quienes necesitándolo o no, acceden a programas como este de empleo temporal.

Estos actos de mezquindad y abuso quedaron constatados esta semana al descubrirse que en las listas del Programa de Empleo Temporal aparecieron muchos ciudadanos que evidentemente no carecen de empleo y no forman parte de la población vulnerable del municipio. De tal cinismo que el hijo de un regidor integrante del Cabildo en funciones aparecía en las listas de beneficiarios, los medios de comunicación constataron los hechos y le cuestionaron al Alcalde Bonifacio Bustamante, quien dijo que “el hecho de ser hijo de un regidor, no te quita derechos”. De ese tamaño el cinismo del gobernante, quien también se ha visto señalado en escándalos por la entrega de recursos federales a fondos perdidos al asignar proyectos productivos a la familia de otra regidora del partido que lo postuló.

Tuve la oportunidad de recibir amable contestación del Delegado Federal de Sedesol, Regino López Acosta, en una llamada platicamos sobre el tema. Me explicó detalles del programa, me dijo que el acto no incurre en ninguna ilegalidad, que ciertamente el hijo de funcionario puede recibir el apoyo, sin saber si lo necesita o no, pero coincidimos en que el asunto va más allá de lo legal, que es un tema ético, de la formación de los funcionarios en el servicio público. Compartí con él la preocupación de que en uno de los municipios más pobres de Sinaloa, la clase política muestre su rostro más inhumano.

Queda constancia de que Bonifacio Bustamante protege a una camarilla de abusivos, míseros y sórdidos, que son al mismo tiempo cómplices de sus actos. Que no le interesa en lo más mínimo el desarrollo del municipio que gobierna y que en sus actos desprecia a los más pobres al repartir, de manera injusta y faltando a toda ética, los recursos que son para atender a los necesitados. Mezquindad es la palabra que refiere a los actos ruines, a los hombres de poca nobleza. Mezquindad es la palabra propia para aquellos que le roban al pobre la posibilidad de un futuro mejor. Como solía decir la ex legisladora Yudit del Rincón: “El que roba comete un delito, pero robarle a un pobre, esas ya son chingaderas”. Luego le seguimos...

viernes, 28 de octubre de 2016

Daño moral y libertad de expresión

OPINIÓN

                                                                                                   Jesús Rojas Rivera


Teresa Guerra Ochoa se presentó ayer a declarar al Juzgado Segundo de Distrito en seguimiento a una demanda presentada el pasado mes de marzo. El demandante Héctor Melesio Cuén Ojeda asegura que la abogada y columnista lo “dañó moralmente”, por ello presentó una querella en contra de la también analista radiofónica. Teresa Guerra es además una luchadora social integrante de diversos colectivos, principalmente en pro de la defensa de los derechos humanos y los derechos de las mujeres.
 
El dirigente del Partido Sinaloense exige una indemnización por el perjuicio derivado de las críticas de la abogada, refiere también un “daño político” a su imagen pública previo al proceso electoral donde fue derrotado de manera contundente. Sí de algo podemos estar seguros es que al líder universitario no lo derrotó la crítica de Guerra Ochoa sino una campaña simplista y parca en contenidos que no terminó de convencer a los electores que lo dejaron a buen margen del primer lugar. 
 
Héctor Melesio no tiene buena presa, toda su carrera ha sido acompañada de duras críticas en su contra, lejos de aprender de ellas pareciera que sus asesores lo llevan a nuevos frentes de batalla, sin cerrar las escaramuzas que siguen en disputa. Desde hace más de seis años, por lo menos una vez a la semana los columnistas gráficos o moneros sinaloenses hacen lo propio con la tinta, no he visto un personaje más caricaturizado que la figura del ex rector. Me queda claro que la imagen pública del maestro Cuén no se ensució en los polvos de una columnista, sino en el lodo de una carrera vertiginosa de mucha confrontación y pocos acuerdos, de imposición sin diálogo con sus opositores. 
 
Teresa Guerra fue demandada por ejercer su libertad de expresión, Sinaloa es un lugar peligroso para el ejercicio de la libertad crítica. Corre peligro el que publica, la que analiza, los que narran, el que escribe, los que dibujan y cantan. El ejercicio pleno de los derechos de libertad de expresión no está garantizado porque la clase política no está habituada a convivir con ella. Las oficinas de comunicación social tienen por costumbre el periodismo de boletín, son incapaces de sobrellevar una crisis mediátiica, todo lo pretenden resolver con una llamada intimidatoria o la cancelación de los contratos publicitarios. 
 
Se niegan a entender que el ejercicio de la prensa libre es un derecho social y un pilar de la democracia. Tal es la falta de cultura democrática en la clase política sinaloense que buena parte de los titulares de comunicación social o jefes de prensa de las oficinas públicas no son diestros en comunicación política o gubernamental, sino en llevar las relaciones públicas o contratar “convenios” de prensa para la “buena nota”.
 
La libertad de expresión en Sinaloa es un asunto que al Gobierno poco le importa, varios medios de comunicación han sido víctimas de violencia en sus instalaciones donde han incluso ejecutado al aire, en transmisión en vivo. Varios periodistas y jefes de información han sido amenazados en el ejercicio de su oficio, no debemos olvidar que el director de este rotativo recibió un balazo en un “asalto”, caso que aún nos deja con más preguntas que respuestas. 
 
En Escuinapa, un periodista de nombre Ramón Eduardo Guevara fue violentado en sus derechos cuando enfrentaba un problema de cáncer que terminó con su vida, no sin antes ser víctima de la violencia y la censura de un Alcalde que se empeñó en silenciarlo incurriendo en la violación de los derechos humanos del columnista. Este caso nos debe llamar la atención porque a diferencia de otros, las comisiones de Derechos Humanos estatal y nacional supieron de ello y resolvieron en favor del extinto comunicador. Hoy se debate entre los regidores de la comuna del sureño municipio a cuánto se equipara la reparación del daño de Ramón, algunos hablan de pagarles a los deudos cuatro meses de salario mínimo. 
 
Curioso es que en Sinaloa mientras la clase política demanda a los periodistas por millones, cuando se trata de reparar los daños causados por los políticos en perjuicio de los periodistas o sus familias lo que ofrecen son centavos, tal vez por eso es que el pueblo los repudia, por abusivos. Luego le seguimos... 

viernes, 21 de octubre de 2016

El falso Leviatán

O P I N I Ó N

                                                                                                          Jesús Rojas Rivera

Tomas Hobbes escribió alrededor de 1650 un libro que sigue siendo pilar en el estudio de la Ciencia Política, es uno de los clásicos obligados para el entendimiento de la multidimensionalidad del poder político. ¿De dónde surge la idea del Estado? ¿Para qué sirve? ¿Qué es el poder? ¿Quién lo detenta legítimamente? ¿Cómo se accede a él? ¿Cuál es la función primaria del Estado?
 
Los hombres por naturaleza o en su derecho natural –jus naturale-, en el ejercicio de la libertad absoluta suelen atentar por ambición contra el propio hombre. “Homo homini lupus est”, texto que describe la multicitada frase “el hombre es el lobo del hombre”. En el estado natural nada es más peligroso para el hombre que los hombres mismos. La gran diferencia, dice Hobbes, radica en que la especie humana tiene sobre las otras especies de la tierra una condición: el uso de la razón.
 
En ese ejercicio de racionalidad los individuos dejan su estado salvaje y natural para agruparse en sociedad, formando comunidades en donde depositan sus derechos naturales en una causa final llamada Estado, que tiene como objetivo principal garantizar la vida y la seguridad de los hombres y sus posesiones.
 
Es pues un pacto entre iguales que dejan el arbitrio de sus voluntades a merced de un ente capaz de mantener equilibrios y dictar sanciones para evitar la perversión de la guerra y la miseria humana, entendida ésta como cuando un hombre quita la vida a otro hombre o lo despoja de su propiedad. El Estado no se forma pues por ley natural, es una construcción humana para poder vivir en sociedad.
 
El Estado se erige mediante la unión de un poder común, se dota de una fuerza coercitiva que sanciona a los individuos que faltan a la voluntad de la comunidad expresadas en una Ley. Tomas Hobbes le llamó Leviatán porque asemeja a un mounstro mítico capaz de causar terror para influir en las voluntades individuales. El Estado adquiere esa dualidad, de soberano y súbdito al mismo tiempo, porque por un lado impone sanciones a quienes incumplen la Ley, y por otro está sujeto al mandato de la misma. El Leviatán no se manda solo.
 
Traigo a reflexión lo anterior porque loss actos de violencia que vive nuestra sociedad han hecho reflexionar a muchos ciudadanos sobre el papel de Estado respecto a su seguridad, su integridad y la de sus pertenencias, llegado al punto en que muchos buscan el cobijo de fuerzas ajenas a las instituciones para proveerse de seguridad.
 
Toda violencia ejercida ajena al poder del Estado es ilegal e ilegítima, nadie debe buscar justicia fuera de las instituciones porque se corren graves riesgos, en México ya lo vimos en Michoacán, Guerrero y Oaxaca. La fuerza de coerción debe ser pública y no debe representar intereses privados de ningún tipo.
 
Las expresiones de algunos ciudadanos de Culiacán respecto a solicitar la atención de grupos del narcotráfico para detener una ola de robos y saqueos en distintas colonias de la capital sinaloense, nos lleva a reflexionar sobre la debilidad de la autoridad para sostener el imperio de la Ley. No son únicamente los robos, son también asesinatos, extorsiones y en menor medida secuestros, los que han llevado al planteamiento público de buscar auxilio en un falso Leviatán.
 
Los riesgos de que estas opiniones cundan en la sociedad son mayores, los individuos suelen reflexionar poco ante la gravedad de sus dichos. Darles facultades a los enemigos del Estado para que tomen funciones de seguridad es un absurdo en toda la extensión de la palabra. La única autoridad legítima debe de manera inmediata llamar al orden y la mesura, pero debe también atender el problema de la violencia y los daños patrimoniales en esos lugares donde las circunstancias están llegando a puntos de crisis. 
 
Debemos asumir con toda seriedad que en este tema y bajo el mismo discurso -el de la ineficiencia de la autoridad- nacieron las autodefensas, los grupos paramilitares, las guardias blancas y grupos de exterminio. Con las mismas premisas nacieron muchas bandas criminales que prometieron servir al pueblo, y se terminaron sirvieron de él. Luego le seguimos...

viernes, 14 de octubre de 2016

Cómo doblegar al Congreso

O P I N I Ó N

                            Jesús Rojas Rivera 

Tengo por costumbre leer versos de Guadalupe Amor antes de dormir, procuro sea, a lo mucho, uno o dos por semana. Traigo esto a memoria porque justo estaba terminando de leer “Feliciano me adora...” cuando llegó al correo de un servidor el resumen diario de noticias vespertinas, y varias notas señalaban que la titular del Instituto Sinaloense de las Mujeres comenzaba una “revolución” por el nombramiento de un hombre en la presidencia de la Comisión de Equidad, Género y Familia.
 
A la mañana siguiente aparece publicado un desplegado con varias firmantes, muchas de ellas reconocidas mujeres de lucha y de voz muy completa en temas de la feminidad, adjuntas también firmas de organizaciones de otras entidades del país, algunas que, sinceramente, nunca en mi vida he escuchado. La carta pública decía palabras más, palabras menos, que el nombramiento de un hombre en la presidencia de una comisión de mujeres era un retraso a los avances en materia de igualdad entre los géneros. De nuevo firmaba la titular de una dependencia gubernamental.
 
El insistente protagonismo de Elizabeth Ávila Carrancio me llamó la atención, y comencé entonces a sostener lo que me es propio hasta ahora: la titular de la dependencia gubernamental estaba confrontando abiertamente una designación del cuerpo legislativo, en una atribución que le es exclusiva. Por ende, una dependencia del Poder Ejecutivo estaba interfiriendo directamente con las facultades del Poder Legislativo. 
 
No profundizaré en si las mujeres que protestaron airadamente tenían razón o no en sus postulados, eso es asunto accesorio propio de la sociología y la antropología, me enfoco, más bien, en un tema que es natural de la Ciencia Política llamada división de los poderes del Estado. Máxime cuando en nuestra entidad, la legislatura pasada dejó mucho qué desear respecto a su comportamiento como órgano garante de esta premisa fundamental para la democracia.
 
Así pues, he externado públicamente mi preocupación por el precedente que la 62 Legislatura dejó al supeditar una acción plenamente legal al capricho de un grupo de manifestantes encabezadas por la titular de una dependencia de otro orden gubernamental, quien además decidió recurrir primero a la presión mediática sin antes siquiera entrevistarse con la titular de la Junta de Coordinación Política de la Cámara.
 
Quiero decirles que este politólogo cree en la lucha de las mujeres por el acceso a la igualdad, nunca he tenido empacho en decir que las mujeres congruentes en sus luchas dignifican la política. He dicho públicamente que para orgullo de todos, tres mujeres marcaron la diferencia en la legislatura pasada.
 
En este mismo espacio he reconocido que en el trascurso de mi vida profesional, académica y personal he tenido grandes jefas, maestras, compañeras de trabajo, socias y amigas, pues creo fervientemente en la igualdad. Pero creo también en la legalidad, en el absoluto respeto de los contrapesos del poder y sobre todo creo en la congruencia de mis ideales. 
 
Por decir lo que pienso en esta semana se me han calificado de “insensible” y “desinformado”, me han llamado machista, pregonero de un tal “patriarcado” y no sé qué tantos calificativos más. Pero dejo bien claro que los adjetivos que me gané por decir lo que pienso no estarán a juicio de él o la que me acusa desde la comodidad del feminismo burocrático, sino de algo más importante que se guardará en la historia, al menos en la mía. Además de ello quiero, para darle la vuelta a este tema que ya ha ocupado mucho de nuestro tiempo, reconocer mi admiración y respeto a quienes por decir lo que piensan se encontraron de frente con el muro de la intolerancia y la censura. Porque si algo tienen en común los y las enemigas de la razón, es precisamente la intolerancia del inculto y la soberbia del empoderado. Luego le seguimos...

viernes, 7 de octubre de 2016

El nuevo Congreso sinaloense

O P I N I Ó N

                                                                                                             JESÚS ROJAS RIVERA

Iniciados los trabajos de la LXII legislatura, en el Congreso del Estado se comienzan a despejar dudas respecto a las posturas de los grupos parlamentarios. Asignadas las comisiones entre los diputados, podemos tener visos de lo que vendrá en este vertiginoso periodo legislativo. Los tiempos se redujeron por la reforma constitucional pero los perfiles prometen mucho más de lo acostumbrado. La duda del buen palenque: ¿vendrá la gallada brava?.
 
El martes pasado al comenzar la primera sesión ordinaria, los partidos políticos fijaron sus posturas. El Diputado Misael Sánchez Sánchez del Partido Verde abrió las cartas y dijo lo que ya se esperaba: “El Gobernador electo tendrá su apoyo incondicional”. El único legislador de los verdes presidirá la comisión de Ecología. En el mismo sentido pero con mayores capacidades discursivas se vio al Diputado Crescenciano Espericueta de Nueva Alianza, quien será también secretario en la comisión de Educación, una de las más peleadas en el arranque legislativo. Esta comisión terminó en manos del coordinador de la fracción del Partido Sinaloense, mientras que al profesor Espericueta lo persiguen los fantasmas del pasado y lo ampara el fuero que lo embiste.
 
El ex rector Víctor Antonio Corrales Burgueño dirigió un discurso por todos lados conciliador, donde no dejó de elogiar a los diputados que le antecedieron en el cargo, oportuna razón para que de nuevo el nombre del presidente de su partido sonara en la máxima tribuna del estado. Corrales Burgueño no es ni por asomo parecido en habilidades a su antecesor, y dicen los que saben que si en algún grupo parlamentario habrá disciplina será en el PAS, porque nada ni nadie se mueve si no es con la aprobación del ex rector, no el del curul, sino de aquél que manda. 
 
Como lo dije anteriormente, la comisión de Educación quedó en manos del PAS, donde no quedaron los miembros de este partido fue en otras comisiones importantes en las que aseguraron estarían y al final siempre no. Tampoco se quedaron con la presidencia de la Cámara, pues de poco o nada sirvieron sus argumentos, al final el cargo más alto del Poder Legislativo quedó en manos del PAN, al menos por un año.
 
Mientras tanto la izquierda sinaloense tendrá tres representantes, dos agrupados en Morena y uno en el Partido de la Revolución Democrática. La coordinadora de Morena dio una grata sorpresa al exponer con claridad un discurso firme en tono de las consignas ya conocidas de Andrés Manuel López Obrador: “no mentir, no robar, no traicionar”, dijo Merary Villegas, quien estuvo a la altura de la tribuna.
 
Los de Morena aseguran que donarán la mitad de su sueldo a la educación, lo cual me parece más un acto de caridad que una solución al problema, pero cada quién hace con su dinero lo que quiere. Valdría la pena recordar que en la Ciudad de México varios prometieron lo mismo y no lo cumplieron. Pero el que dio la primera votación en contra en sesión fue el legislador del PRD, Efrén Lerma, quien se inconformó por la integración de las comisiones. 
 
Cuando subió a tribuna Carlos Castaños Valenzuela, coordinador del PAN, hubo silencio en el pleno, se notaba seguro en su paso, comenzó con una frase que marcó el tono del discurso: “todo poder absoluto corrompe absolutamente”. Hizo un llamado a garantizar la independencia del Poder Legislativo, asumió los errores del PAN que los llevaron a la derrota en el proceso electoral pasado. Aseguró que no serán ni por asomo “lo que nunca debieron ser”. La autodenominada bancada de la “oposición responsable” presidirá cinco comisiones y participará en varias de gran importancia, veremos en el camino si sus actos se amparan en la congruencia, de hacerlo, otros rumbos podrán tomar de cara al 2018.
 
Por último, la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Irma Tirado, ofreció un discurso conciliador, dijo que para el PRI “su condición de partido mayoritario, no será obstáculo para llegar a los acuerdos”. Cerró filas en torno a Quirino Ordaz Luna, refiriéndose a Quirino Ordaz Coppel, en un repetido error que no fue capaz de percibir en la lectura de su discurso, cosa que pareciera intrascendente y poco importante, pero no debemos olvidar que es una de las mujeres con mayor poder en el estado. Tal vez sus detractores al interior del PRI a este tipo de detalles se referían cuando la acusaban de inexperta, pero eso es aún muy pronto para juzgarse. Luego le seguimos...