viernes, 27 de mayo de 2016

Datos personales: El PRI no merece y no tendrá mi voto

O P I N I Ó N
                                                                                                   JESÚS ROJAS RIVERA

Cualquiera puede saber dónde vota usted, dónde vive y desde hace cuánto. Si su credencial está actualizada, el domicilio donde pernocta está en las manos de quien se le pueda ocurrir, buenos y malos, para lo que ellos quieran. ¿Quién lo hizo?, ¿Quién violentó sus derechos de privacidad? El Partido Revolucionario Institucional de Sinaloa. ¿Por qué? Porque para ellos la ley de protección de datos personales es un asunto menor que no merece importancia, porque usted para el PRI es un número en papel, un prospecto de venta y nada más que eso. Usted al PRI no le importa, sus derechos menos.

El padrón electoral cuenta con información valiosísima, en materia electoral es el suministro primario para las estrategias de detección y movilización del voto. En Sinaloa, en este proceso los distritos electorales cambiaron, la asociación ciudadano-voto también. Debe usted saber que el PRI es un partido que utiliza una estructura bien definida de organizaciones para movilizar el “voto duro” y las “simpatías”. 

¿Quiénes son parte del voto duro?, ¿en dónde están ahora? y ¿a dónde deben ir a votar? Todo eso está en el padrón, una herramienta infalible para garantizar altos márgenes de votación en cada una de las seccionales, en cada una de las casillas, en cada una de las urnas.

¿Es legal que los partidos políticos tengan nuestra información? Sí, sí lo es, la Ley Electoral mandata que cada partido político tendrá una copia actualizada del padrón electoral. Cada partido político tiene una versión del padrón, y cada una de ellas se distingue por algunos rasgos secretos que permiten identificar, en caso de que se haga mal uso del documento, a quién pertenecía la copia. 

En días pasados René Miranda Jaimes, Director del Registro Federal de Electores, anunció una denuncia penal ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales por la filtración ilegal de dos millones de registros del padrón electoral del estado de Sinaloa. En pocos días se confirmaría lo que se mencionaba como rumor: el padrón filtrado era del PRI. 

En México el tema de la protección a datos personales es apenas conocido, a pocos les importa cuidar las formas y respetar las disposiciones legales. Para muchos, difundir información personal y protegida no es considerado un delito. Los datos personales se refieren a toda aquella información relativa al individuo que lo identifica o lo hace identificable.

¿La filtración del padrón puede servirle a la delincuencia? Por supuesto que sí, la información actualizada puede dar datos precisos para la ubicación y localización de personas, se tiene conocimiento del uso de este tipo de información para la concreción de delitos como secuestros, robos, extorsiones y ejecuciones.

Los responsables de la filtración deben pagar con la máxima de las sanciones, lo que hicieron con dolo o por descuido daña también la credibilidad de la institución electoral. Muy en confianza, debo decir amable lector que siento una contradicción profunda de tristeza y tranquilidad. Cuando supe la noticia de la filtración me preocupé sobremanera, estoy cursando un posgrado en transparencia gubernamental y datos personales, entiendo perfectamente la dimensión de lo suscitado y déjeme decirle que no es un tema menor.

La contradicción a la que me refiero tiene que ver con la aceptación de un incumplimiento de mi parte al no hacer de conocimiento de la autoridad electoral mi cambio de domicilio hace más de 30 días, pero por otro lado, siento una absoluta tranquilidad de que si alguien quiere hacer mal uso de mis datos personales producto de la filtración ilegal del PRI, se “llevarán plancha” pues yo no vivo más en donde el padrón filtrado ilegalmente lo asegura. Acudiré a votar a la casilla de siempre, ejerceré mi voto libre y tenga la absoluta seguridad de que pensaré en aquellos que filtraron la información confidencial de millones. Será muy difícil que, en la valoración final de pie de urna, termine dando el voto por los responsables de tal fechoría. No votaré por el PRI, un partido que violenta mis derechos, no se lo merece. Luego le seguimos...

viernes, 20 de mayo de 2016

El gran problema de Héctor Melesio

O P I N I Ó N

                                                                                                               Jesús Rojas Rivera

No sería la primera vez que escribo sobre Héctor Melesio Cuén, me he referido al ex Rector como un político hábil, inteligente, con amplio dominio y control del tablero. Sabe cómo se obtiene el poder, sabe administrarlo, distribuirlo y concentrarlo. La creación del PAS fue una verdadera obra maestra, en el mes de septiembre del año pasado, en este mismo espacio escribí al respecto: “En México no existe un partido político con las características del PAS, no existe una institución partidista cuyos resultados electorales en su primera elección le retribuyeran tres diputados locales plurinominales, regidurías, una diputación de mayoría y una alcaldía en coalición”. El PAS es una fuerza política cuyas dimensiones han sido menospreciadas por los obsesos enemigos de Cuén.

La política es un ejercicio de construcciones futuras, quien suponga que el capital político de Cuén es producto de la “suerte” o la “circunstancia” comete un grave error. Lo de Héctor Melesio es estrategia pura, el culmen de un proyecto trabajado hace muchos años, previsto con cautela, determinación y detenimiento. Hector Melesio tiene cualidades para conquistar la cima del poder político local, pero dentro de todos sus aciertos ha cometido errores que no le permiten, hasta ahora, volar más alto.

El primero de ellos tiene que ver con los serviles, el grupo de lambiscones que rodean el círculo cercano de su poder. Son animales políticos que buscan el agrado del líder llevando trofeos de caza a la mesa, están al acecho y listos para increpar, cuestionar y arremeter contra todos aquellos que se oponga a los “ideales” -si es que estos existen en las cofradías- del grupo universitario. 

Este grupo de “perros de caza”, pulidos en bravura, ha metido al candidato en varios problemas con actores políticos, sociales y líderes de opinión que no necesariamente tienen animadversión con el factótum universitario. No todos los enemigos de Cuén los ha sembrado Héctor Melesio, muchos han nacido por el daño colateral de la embestida de sus leales, que cegados en la abyecta admiración arremeten contra quienes no deben, faltando a uno de los elementales principios en política: no abrir más frentes de los necesarios.

Esto tiene que ver también con la rudimentaria estrategia de comunicación que acompaña las acciones del líder del PAS. Las huestes cuenistas predican el desfasado dicho de “estás conmigo, o estás contra de mi”, y eso no corresponde en la complejidad de sociedades que caminan en la pluralidad de ideas, intereses y formas de pensar. Para los pregoneros del cuenismo, es dificilísimo entender que se puede “estar de acuerdo en parte” o “desacuerdo parcialmente”. Formados en la idolatría, ellos sólo entienden posturas de negros y blancos, de unos y ceros, amigo o enemigo. Esta torpe visión hace que los neutrales generalmente caminen a lado de los enemigos, en tanto que resulta muy difícil acompañar a su líder en las cada vez más radicales posturas.

Cuén es un hombre de estrategia y cálculo, pero muchos en su equipo parecen no entender que la política se hace con la cabeza y no con el hígado, lejos de ayudarle en la construcción de un triunfo van poco a poco destruyendo la aspiración y con ello el sueño de volar en lo más alto.

Yo siempre me he preguntado sobre los “perros bravos” del grupo universidad: ¿qué tanto actúan por ocurrencia y qué tanto por consigna del líder? Y he llegado a pensar que muchas de las acciones en contra de quienes comparten opiniones distintas, no son necesariamente ordenadas por el mando mayor. Creo, más bien, que son acciones ocurrentes de “pistoleros” con dedos temblorosos a los que de vez en vez se les escapa “un tiro”. Camorreros incapaces de entender que la construcción de un gran proyecto político necesita de más acuerdos que disensos, de más ejercicio del arte político y menos amenazas, persecuciones e intimidaciones.

El ejército es para la guerra, los diplomáticos para la paz, y al líder universitario le urge transitar por el camino de la paz para poder, ahora sí, convocar a la gran masa. El líder necesita jubilar generales de infantería y formar estrategas en el difícil arte de la negociación, la conciliación y el entendimiento, necesita darle paso a nuevos perfiles que entiendan que en política hay cosas que tienen valor, pero nunca tendrán precio. El gran problema de Héctor Melesio es que tiene fauna brava que ladra y muerde en tiempos de concilio, para ganar le urge sacudírselos, no sé si le alcance, el tiempo de campaña es cada vez menos. Luego le seguimos...

viernes, 13 de mayo de 2016

Quirino, en la antesala del triunfo

O P I N I Ó N
                                                                                                                Jesús Rojas Rivera

No me gusta el PRI, es un partido político lleno de personajes negros que demeritan la acción pública y el ejercicio de la política. Son herederos de una tradición contraria a los valores de la democracia, mucho han progresado desde su primera gran derrota presidencial en el año 2000, pero los principales males expresados en sus prácticas rancias los acompañan hasta nuestros días.

Los priistas de Sinaloa son los padres del periodismo militante, de las voces pagadas que hablan bien de las campañas aun cuando estas vayan encaminadas al fracaso. La mayoría de los males de la democracia mexicana son imputables al PRI, ellos deformaron el concepto y construyeron en tantos años de poder hegemónico un sistema político como el nuestro, único en América, único en el mundo.
Pero no podemos negarnos a lo evidente, nos guste o no: el candidato abanderado por el Partido Revolucionario Institucional a menos de 30 días de las elecciones en Sinaloa se encuentra en la antesala del triunfo. Entiendo y asumo con responsabilidad lo poco popular que será entre mis contados lectores este postulado, pero me permito presentar cuatro argumentos que lo sostienen.

A) El PRI está arriba en todas las encuestas electorales, y eso fue notorio en el pasado debate, todas las fuerzas políticas en competencia se enfocaron en pegarle al candidato que “puntea” la elección, las preferencias de los sinaloenses expresadas en varias encuestas señalan amplias ventajas del candidato Quirino Ordaz Coppel sobre el resto de los aspirantes. Muchos dirán con justa razón que las encuestas no definen elecciones, pero analicemos también el siguiente apartado.

B) La estructura del partido es la más sólida y articulada en Sinaloa, me refiero al entramado organizacional que tiene la institución política en el territorio sinaloense, un tejido que incluye desde liderazgos seccionales hasta jefes de manzanas, esto sumado a una red de organizaciones filiales que conglomeran de manera corporativa grupos de ciudadanos por actividades económicas, sociales, laborales e incluso deportivas. Esas estructuras están activadas y al servicio del candidato, no propiamente por las simpatías de Quirino, sino por los acuerdos y amarres que generan los liderazgos en torno el reparto de posiciones políticas venideras. ¿Con eso es suficiente?

C) El Gobernador sostiene que en el proceso electoral hay piso parejo, pero es evidente que tiene preferencias y amplias simpatías con el candidato del PRI, varios de sus operadores políticos están en franca y abierta campaña con el abanderado tricolor, y eso no es una suposición, es un hecho evidente. Nadie en su sano juicio podría negar el apoyo del gobernante a la figura de Quirino Ordaz Coppel, quien se ha dejado querer. Dicen los que saben, que la estructura malovista juega un papel predominante en la toma de decisiones al interior del “cuarto de guerra” de Ordaz Coppel. ¿Necesita algo más?

D) La tibieza del proceso y lo desorganizado de las campañas de oposición son dos elementos finales para sostener mis conclusiones. En Sinaloa no votará más del 50 por ciento de los electores, las urnas no recibirán el voto de ciudadanos indecisos, que según la estadística y la teoría, son las principales fuentes de votos contra el PRI, el llamado “voto útil” se activa de manera natural en proceso electorales donde las tendencias son cerradas, es decir, que los candidatos en disputa tengan márgenes menores a 5 por ciento entre sus preferencias.

La disputa en este proceso electoral está más bien por el segundo y el tercer lugar, permitiéndome el símil deportivo: a menos de 30 días de la elección, la lucha por la medalla de plata es más encarnizada que por la presea dorada. La discusión pública está orientada a ver quién será el segundo lugar, si el PAN que repunta de su crisis o el PAS que no pudo capitalizar la fuerza de arranque por los errores propios de su torpe estrategia.

Por lo anterior expuesto sostengo que, salvo algún caso excepcional poco probable, el candidato del PRI ganará las elecciones para Gobernador, pero no así la mayoría de las alcaldías y mucho menos la totalidad de los distritos electorales. Sobre el voto cruzado, las campañas en los municipios y distritos electorales hablaremos más adelante. Hoy puedo sostener que en la aspiración gubernamental Quirino es el peor enemigo de Quirino, porque su inexperiencia y tropiezos discursivos han sido más efectivos que el intento de guerra sucia que se olfatea en el ambiente. Luego le seguimos...

viernes, 6 de mayo de 2016

¿Cuántos saldrán a votar?

O P I N I Ó N
                                                                                                              JESÚS ROJAS RIVERA

Es la gran pregunta para el proceso electoral que vive Sinaloa, esta interrogante es recurrente incluso en los llamados “cuartos de guerra”, las metas electorales se proyectan en función de la participación ciudadana en las casillas. Pero el número de electores esperado para el domingo 5 de junio de 2016 es incierto. La teoría lo dice: el hartazgo del ciudadano frente a los procesos electorales, la falta de propuestas, las descalificaciones o guerras sucias, la radicalización de las posturas políticas de los candidatos y las fallas en las estrategias de comunicación de los órganos electorales en materia de cultura cívica y participación política, son elementos que alejan a los votantes de la urna. ¿Pasará esto en Sinaloa?

Por ser un tema complejo y de gran trascendencia, me atreví a plantearlo y discutirlo con amigos que saben del fenómeno político-social. Les pregunté: ¿en Sinaloa cuántos ciudadanos acudirán a la urna el mes que viene? Aquí un pequeño ejercicio de contraste para presentar algunas conclusiones generales. 

El doctor César Velázquez es un analista y columnista de mucha experiencia, le tengo gran aprecio y a pregunta expresa me respondió: “Están convocados a votar -en números cerrados- 2 millones de sinaloenses. Yo creo que acudirán menos de la mitad, los ciudadanos están preocupados por otras cosas y no han mostrado interés en el proceso, ahí están las campañas desangeladas. Calculo que será una votación entre el 45 por ciento y el 50 por ciento del padrón. El árbitro electoral no ayuda mucho, se muestra inexperto y con un déficit de credibilidad que no le ayuda en el tema de su legitimidad”. 

El doctor José Manuel Luque Rojas, presidente de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas, es sinaloense, hemos estrechado amistad en el desarrollo de algunos proyectos de investigación, le hice la misma pregunta y me respondió: “Votarán del 50 por ciento al 53 por ciento, a pesar de que son ocho candidatos en disputa, la elección no se ha polarizado, ni cerrado. Los candidatos en competencia no atraen votantes nuevos, van por los votos duros de sus partidos y los otros no figuran como opciones atractivas en la boleta. El órgano electoral se muestra tibio y complaciente ante los grupos de poder, incluso los veo temerosos y renuentes a poner un alto en lo que a todas luces son gastos excesivos de campaña”.

El Senador Manuel Cárdenas Fonseca también me compartió su opinión, él calcula que en un ambiente tranquilo votaría el 53 por ciento, pero que podría bajar drásticamente la votación si “los malosos” comienzan campañas para amedrentar votantes. Sobre el árbitro en la elección, dijo que han sido pasivos y consecuentes con evidentes violaciones al proceso electoral y que el ambiente pinta para enturbiarse aún más.

Yo soy el más fatalista de todos, desafortunadamente -para la democracia sinaloense- debo sostener que esta elección convocará al menor número de votantes en la historia del estado en proporción al padrón electoral. Calculo que el número puede ir del 42 por ciento al 45 por ciento de participación y que es prácticamente imposible que llegue al 50 por ciento. Es más, podría asegurar que estamos en un escenario con amplias posibilidades de reducirse: A) Si se intensifica la guerra sucia y se percibe un ambiente hostil en torno al proceso. B) Si las últimas encuestas marcan diferencias mayores al 5 por ciento entre el primero y segundo lugar. C) Si el IEES sigue en la postura comodina en la que ha navegado, dejando de lado la ley y permitiendo que los partidos políticos hagan las cosas a su antojo, como en el primer debate, donde quedó claro quién manda en el proceso.

El candidato que resulte ganador tendrá un gran reto de legitimidad en su Gobierno. No tendrá el aval de la mayoría de los sinaloenses y quedará en la memoria colectiva que fue electo en un proceso gris y con el pestilente tufo de la trampa. Cuando un candidato se ufana de tener de su lado al órgano electoral, lejos de ganar pierde, en la democracia el triunfo en las urnas es apenas la primera parte. Gobernar es un arte que requiere de consensos y mayorías. Luego le seguimos..