viernes, 24 de junio de 2016

El costo del periodismo independiente

Columna

                                                   Jesús Rojas Rivera

Sinaloa es según el INEGI la segunda entidad federativa con mayores índices de corrupción en México, la corrupción es un mal sistémico que trae como consecuencia inevitables costos sociales, económicos y políticos. La politóloga María Amparo Casar asegura que el gran mal de la corrupción es la impunidad expresada en la poca o nula capacidad de la autoridad para perseguir los delitos que giran a su alrededor. Es, en resumen, una gran amenaza de las instituciones democráticas que por un lado genera ganancias millonarias producto de actividades ilícitas, y por otro externaliza males que atentan contra el orden social, productivo y de gobernabilidad.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, en México más del 91 por ciento de las personas no confía en los partidos políticos, más del 83 por ciento no confía en los legisladores y el 80 por ciento no confía en las instituciones del Poder Judicial. Vivimos en un México de desconfianzas que pone a los representantes populares en los peores escenarios de credibilidad.

Las acciones del Gobierno son acciones de interés público, los ciudadanos deben tener conocimiento de los actos de su autoridad, en ese sentido los medios de comunicación juegan un papel fundamental en las democracias porque a dicho de Giovanni Sartori “Todo edificio de la democracia se apoya en la opinión pública y en una opinión que surja del seno de los públicos que la expresan”. Así, la libertad de opinión y de difusión de las ideas son pilares elementales de la democracia. En las democracias modernas los medios de comunicación o se convierten en contrapeso al ejercicio abusivo del poder, o se convierten en aliados del poder mismo.

Noroeste es un periódico independiente que ejerce de manera plena la libertad crítica en una entidad federativa plagada de corrupción, violencia y abusos de autoridad. Resulta lógico entender que un medio de comunicación como este se convierta en el principal enemigo de la corrupción sistémica, y por ello, existan muchos incentivos para combatirlo hasta aniquilarlo. En Sinaloa, Noroeste les estorba a los amigos de la ilegalidad.

Bajo esas amenazas ha logrado avanzar por casi 42 años, haciendo un ejercicio de periodismo valiente, apegado a los valores éticos propios de la actividad informativa al servicio de la sociedad. Los medios de comunicación en la democracia cumplen dos funciones igual de importantes: son contrapesos y son formadores de opinión pública, punto de partida para la toma de decisiones de los ciudadanos. La democracia obliga a mantener una sociedad informada, reflexiva y crítica.  

Noroeste recibió de nuevo la respuesta beligerante de las elites del poder amafiadas en la corrupción. Sin duda, los tentáculos de los grandes intereses estatales tienen capacidad de operación, respuesta y confrontación, que incluye el uso de las instituciones del Estado como brazo ejecutor de revanchas editoriales. El embargo ilegal a este rotativo demuestra la regresión a las décadas del terrorismo fiscal que atentaba contra la libre circulación de medios de comunicación “no alineados”, capaces de poner en entredicho los grandes negocios al amparo de la ilegalidad.

Lo interesante es que lejos de amedrentar al medio, sus directivos, socios, colaboradores y trabajadores, los enemigos de la libertad de prensa que fraguaron la fallida escaramuza en una estrategia trasnochada se enfrentarán al peor enemigo de la corrupción llamada transparencia. Hoy en más de 23 países, y prácticamente en todos los medios nacionales, se habla de un embargo ilegal al periódico Noroeste, después de la publicación de una serie de reportajes que denuncian la construcción ilegal de una planta de amoniaco en una reserva natural en las costas de Sinaloa. 

El futuro del proyecto y los millones que danzan a su alrededor están de frente a los ojos del gran lector, hoy es de conocimiento mundial el caso de los humedales de la bahía de Ohuira, una reserva ecológica que puso rostro al Sinaloa corrupto, cínico y retardatario que no tardará en caer. Luego le seguimos...

viernes, 17 de junio de 2016

El éxodo de las montañas sinaloenses

O P I N I Ó N
                                                                                                                 Jesús Rojas Rivera

Sepa usted amable lector que en Sinaloa hay hombres y mujeres que dejaron todo para salvar sus vidas y las de sus hijos. Los desplazados de la sierra viven mañanas y tardes negras, del mismo color de la noche cómplice de su exilio. La guerra ha sido siempre el factor de las grandes migraciones, la gente tiene miedo a morir y sale de sus casas, deja sus animales, sus cultivos y sus tierras para salvar la vida. ¿Cuántos son? nunca se determina, ¿A dónde van? nunca se sabe con certeza.

Sinaloa ha vivido el complejo fenómeno de los desplazamientos humanos por violencia desde hace varias décadas, la sierra guarda historias inimaginables de hombres, mujeres, ancianos y niños que se han visto forzados a dejar sus comunidades ante la inseguridad.

La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos recalca la importancia de velar por los derecho de las personas desplazadas partiendo del reconocimiento de los principios rectores de la ONU, que respecto al desplazamiento interno por violencia los define como: “... personas o grupos de personas que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular como resultado o para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida”. Categoría adecuada a nuestros desplazados.

En Sinaloa se deben aplicar de manera inmediata los protocolos de acción para garantizar los derechos de los desplazados por violencia. Los Estados deben responsabilizarse por sus acciones u omisiones que generan el desplazamiento interno.

Según la jurisprudencia de la Corte Interamericana sobre los Derechos Humanos, en razón de la complejidad del fenómeno del desplazamiento interno y de la amplia gama de derechos humanos que afecta o se ponen en riesgo, y en atención a las circunstancias de especial vulnerabilidad e indefensión en que generalmente se encuentran los desplazados, su situación puede ser entendida como una condición de facto de desprotección.

Desde el momento en que la autoridad tiene conocimiento de desplazamientos por violencia, se deben garantizar las atenciones de las y los ciudadanos en condiciones de máxima vulnerabilidad. En el mismo ánimo de inmediatez, se debe proceder al recuento del número de desplazados, para generarles a todos condiciones de salud, alimentación, vestido, resguardo temporal y estabilidad psicológica, en lo que se restablece la paz y el orden que permita el retorno a sus lugares de origen.

Desafortunadamente, la lucha de los desplazados es también con los gobiernos que pretenden minimizar los casos. En México algunos funcionarios del gobierno, de manera irresponsable, culpan o han llegado a culpar a los habitantes en exilio de tener vínculos o ser parte del conflicto que motivó su desplazamiento, contraviniendo los principios generales de los tratados internacionales en la materia.

Debemos tener claro que los desplazados son víctimas y como víctimas no pueden ser culpados de los actos que atentan contra sus derechos. Desde este pequeño espacio hago un llamado a solidarizarnos y condolernos con las familias de Badiraguato en su éxodo para salir de la zona de guerra. Muchas voces sin sustento califican a los habitantes de la sierra sinaloense como personas violentas dedicadas exclusivamente a las actividades ilícitas. Están equivocados, quien escribe ha tenido la fortuna de estar y conocer la sierra de Sinaloa y puedo decirles que en su gran mayoría, los pobladores de las montañas son gente buena, amable y digna, que comparten lo poco que tienen y trabajan duro para vivir con humildad y con decencia.

Desde allá arriba el mundo se ve distinto, he aprendido mucho de ellos, los desplazados son también hijos de México que hoy dejan su tierra para salvar su vida. Lejos de juzgarlos deberíamos abrazarlos y exigir que impere el orden para que puedan regresar a vivir en paz a la tierra que tanto aman. Sobre los hombres que dejan su tierra para no ser alcanzado por las balas, Mario Benedetti expresó: “Este exilio de algún modo nos da la ocasión de comunicarnos con otros pueblos. De apreciar hasta qué puntos esos pueblos ejercen prácticamente la solidaridad. Nos da la ocasión de sentirnos partícipes de sus problemas, de sus limitaciones, de sus realizaciones, de sus luchas y pienso que todo esto va a ser muy importante cuando llegue el momento de nuestro regreso”. Luego le seguimos...

viernes, 10 de junio de 2016

El pueblo que marchó por dignidad

O P I N I Ó N

                                                                                                          Jesús Rojas Rivera

Soy de Escuinapa, ahí nacieron mis padres y mis abuelos. Mi lugar natal es un pueblito pequeño al sur de Sinaloa que tiene 54,000 habitantes que representan apenas el 2 por ciento de la población del estado, es uno de los municipios con menores índices de desarrollo humano en la entidad. Allá, más de la mitad de su población es pobre 50.1 por ciento, el 35.1 por ciento de las familias carece de los servicios básicos en sus viviendas, mientras que ese índice en Sinaloa está por debajo del 16 por ciento. Soy oriundo de un municipio olvidado y marginado, pero lleno de gente buena, trabajadora, honesta y sobre todo valiente. Gente que no se enmudece ante la injustica, ni deja de soñar con un futuro más digno y mejor.

La historia que me une con mi pueblo no es distinta a la de miles de familias que salen de ahí para buscar “futuro”, como toda localidad marginada el pueblo le da alas a sus hijos. No sé qué tiene nuestro terruño que hace que nunca perdamos el vínculo con él, mis padres me enseñaron a amar a mi pueblo y a respetarlo como mi casa, me enseñaron a entender su complejidad y a nunca sentir vergüenza de mi origen. Cuando era pequeño, mi madre me leyó algunas historias de El “Güilo Mentiras” la obra maestra de Dámaso Murúa y entendí entonces que también en la pobreza las letras se abren camino. 

El 5 de junio pasado los ciudadanos de mi pueblo fueron a las urnas, votó el 56 por ciento de los electores, cifra digna de presumirse en una elección marcada por el abstencionismo. Si algo tenemos los escuinapenses es cultura política para entender el valor sustantivo y la importancia del voto. Por eso en nuestro municipio las alternancias en el Gobierno son frecuentes y nos jactamos orgullosos al decir que fue en nuestro pueblo donde el PRI se enseñó a perder, porque aquí le dimos las primeras lecciones sobre democracia electoral efectiva.

Los resultados de la elección del domingo fueron muy cerrados, la gente votó en amplia mayoría en contra del PRI, pero lo hizo por dos opciones que salieron muy parejas en los primeros cómputos. Acción Nacional y Movimiento Ciudadano prácticamente empataron en segundo lugar, ante este escenario, en un arrebato irracional y demostrando muy poco oficio político, el candidato del PRI con un mínimo margen, con tan solo el 62 por ciento de actas computadas, salió a declararse ganador indiscutible de los comicios y ahí fue donde “se despertó el gigante”.

El proceso electoral fue desaseado, de 84 casillas instaladas más de 20 presentaban irregularidades graves, muchas de ellas no se acompañaban de actas y los representantes de partido opositores al PRI hacían mención de que los funcionarios de casilla no habían sido bien capacitados, particularmente en la parte del escrutinio al presentarse en la boleta un candidato común por los partidos de Nueva Alianza y PRI. Hubo votos que se contaron doble, además de otras irregularidades que corren aún en las causas legales.

Ante este escenario de irregularidades e incertidumbre electoral, la ciudadanía decidió protestar, lo interesante es que los miles de ciudadanos que tomaron las calles no pedían el reconocimiento del triunfo del candidato de su simpatía, sino para tener resultado que dieran certeza.

Mis paisanos marcharon por las calles para exigir lo que merecen, nunca me había sentido más orgulloso de mi pueblo. Los abusos del mal Gobierno, la mediocridad del órgano electoral municipal y la soberbia del candidato del PRI dieron vida a una gran movilización social llamada “Por la democracia y la dignidad”. Esta lucha no ha concluido, la seguiremos en los tribunales porque estamos convencidos que ley imperante es el camino de la democracia para la resolución de los conflictos, no hemos dejado, ni dejaremos de creer en las instituciones. 

Este ejercicio democrático no pretende ganar en la calle lo que no se refleje en las urnas, no es una lucha por el poder político, este movimiento pacífico y reflexivo es para dejarles muy claro que no somos ciudadanos de segunda, que merecemos respeto como los que más y que los principios electorales de legalidad y certeza son para cumplirse. Nos tienen marginados y relegados, ahí están los números del CONEVAL, los malos gobiernos se han robado mucho, pero nunca nos pondrán de rodillas y mucho menos nos robarán la esperanza. Este movimiento social que nace en una coyuntura post-electoral es para recordarle al mundo que los escuinapenses tenemos dignidad y que las cosas pueden cambiar con la participación cívica dentro de las instituciones. Luego le seguimos...

viernes, 3 de junio de 2016

Vencer el abstencionismo

O P I N I Ó N

                                                                                                           Jesús Rojas Rivera

El próximo domingo debemos salir a votar, debemos hacer presente nuestra voluntad, debemos entender que el voto es una herramienta directa para manifestar nuestra aprobación o desaprobación a los gobiernos y gobernantes. El sufragio es parte importante, pero no única, de la democracia representativa. Es la llave de acceso al poder político, es un acto de congruencia con lo que se cree y lo que se quiere, al mismo tiempo es un acto de valor cívico en la consecuencia de los fines que perseguimos en la sociedad.

Quiero plantearles a ustedes amables lectores, tres características fundamentales para entender la importancia y trascendencia del sufragio. Señalando brevemente las ideas de tres politólogos que hablaron en sus obras sobre algunas particularidades del voto. Bobbio habló del voto incluyente, Bovero del voto igualitario y Sartori del voto razonado. Estas tres posturas, tiene como fin invitarlo a un breve ejercicio de reflexión a unos días de tomar una de las decisiones más importantes para la vida pública en nuestro estado. 

Dijo el politólogo italiano Norberto Bobbio que el voto es por excelencia reflejo de la “inclusividad” social, porque en la democracia todos los ciudadanos son iguales y cuentan igual, de tal manera que cada ciudadano tiene un voto que cuenta en lo individual lo mismo siendo rico que pobre, hombre o mujer, negro o blanco, homosexual o heterosexual. Un régimen es democrático a condición de que todos los destinatarios de las decisiones políticas tengan el derecho y poder de participar en los procesos de decisiones sin discriminaciones.

Michelangelo Bovero habla sobre otro principio fundamental de las elecciones, tiene que ver con la igualdad, dice que además de tener el mismo valor como lo señaló Bobbio, “el voto de los electores debe tener el mismo peso”, es decir, que cada voto tenga igualdad de incidencia en la conformación de la representación política. Porque en un régimen democrático el voto de las mayorías y las minorías importa. En una democracia no solo sirven los votos para el candidato que gana, sino también para el resto de los ciudadanos que compiten. Por ello es importante participar, aun cuando nuestra preferencia electoral no sea con el candidato o partido que “suponemos” o “aparenta” será el ganador.

Esto tiene que ver con algo que Giovanni Sartori expuso brevemente en su libro “30 lecciones sobre democracia”, ahí se refirió al ejercicio del voto informado. De manera general el profesor de Ciencia Política dice que: todo ciudadano debe tener cierto nivel de información para poder decidir el sentido de su voto. El voto es una forma de elección y como en todas las elecciones en la vida, lo correcto es informarse de lo que se está eligiendo. En medida de que el ciudadano tenga mecanismos o medios de información objetivos e imparciales, podrá decidir mejor sobre el futuro de su sociedad. 

En este proceso electoral hemos escuchado y visto de todo, entiendo que pudiéramos tener muchos incentivos para abstenernos de votar. Tal vez a esta fecha no esté usted aun convencido de acudir a la urna el próximo domingo. Y más allá de las razones que no pongo en tela de juicio, quiero decirles con absoluto respeto que; debe usted acudir a cumplir con su deber cívico. No podemos comportarnos como lo que tanto despreciamos, tenemos que poner el ejemplo para que las cosas sean mejor. 
Yo como usted estoy enfadado, cansado y desesperanzado de muchos políticos y sus formas vulgares de entender los asuntos públicos, pero ese no puede ser pretexto para ausentarnos de las urnas. No renuncie a su derecho, no claudique en su lucha, acuda a la urna y haga lo correcto, vote. 

El único sistema electoral propiamente democrático, es aquel que satisface las condiciones de democracia de la sociedad donde se instituye. Y estas condiciones tienen que ver con asuntos históricos, sociológicos, políticos, económicos propios de nuestra comunidad, si queremos mejorar la calidad de la democracia y con ello la calidad de las instituciones debemos participar. Yo estoy en contra de muchas cosas nefastas que vi y viví en estas campañas, pero aun así votaré, votaré porque quiero enseñarles a mis hijos que las responsabilidades cívicas deben cumplirse sin pretextos. El domingo voy a poner en mi voto un granito de arena para vencer el abstencionismo, el verdadero enemigo común de nuestras frágiles instituciones. Luego le seguimos...