viernes, 1 de julio de 2016

El hijo del papá



O P I N I Ó N

                                                                                                                  Jesús Rojas Rivera

Corrupción, prepotencia y abuso de poder son elementos indisolubles que acompañan los anti-valores de la democracia. Sinaloa está plagado de políticos formados en la vieja escuela: abusivos, tramposos, corruptos y vulgares. La formación del ente político además de instruirse en las ciencias y la jurisprudencia, debe formarse en la universalidad de los valores éticos y la sensibilidad sobre lo social, dijo Azorín a principios del siglo pasado.

Es evidente que muchos de los políticos sinaloenses han aprendido el arte de la política de oídas, son servidores públicos líricos y empíricos, que han aprovechado la oportunidad para abrirse paso en un sistema construido al “ahí se va”. La vieja escuela los educó en modelos de enseñanza que les dejó por lo general tres características: A) Presumidos, B) Ineficientes y C) Cretinos.

Esta semana, Sinaloa observó dos casos que ejemplifican a la perfección esto a lo que hoy me refiero. Por un lado, el hijo del expresidente municipal de Concordia, exdiputado local y actual delegado federal de la SEP, y por el otro, el de un misterioso funcionario que, cobardemente, sigue sin dar la cara respecto a una infracción de tránsito por la que pidió no ser sancionado. 

El hijo del papá. “Sí, todo aquel que ofende a mi presidente Peña Nieto y mi superior y admirable Aurelio Nuño cae de mi gracia. Los amo, gracias a ellos gano 3 veces más y voy por más en lo que dure la reforma educativa”, es el mensaje que presumió en redes sociales Francisco Medina Soto hijo del delegado de la SEP en Sinaloa Eligio Medina Díaz. El texto lo describe de cuerpo entero: un muchachito servil ante los poderosos y arrogante frente a los que pagamos con nuestros impuestos el sueldo triplicado que se embolsa por el influyentismo. ¿Qué sería de su carrera sin las relaciones del papá?

Mientras el “junior” se jacta de las bonanzas económicas que le ha dejado la reforma educativa, en Sinaloa 536 escuelas no tienen servicios sanitarios, al menos 726 no cuentan con energía eléctrica, 5 de cada 10 jóvenes de secundaria no desarrollan adecuadamente sus habilidades matemáticas y apenas 1 de cada 10 menores con capacidades diferentes recibe educación especial. 

Y mientras el hijo del delegado de la SEP se desvive en elogios para el Presidente de la República y Aurelio Nuño, su padre enfrenta uno de los compromisos más exhaustivos en la historia educativa del país: la implementación de una reforma que debe cambiar la historia de México y de Sinaloa.
Según la asociación por la mejora educativa “Mexicanos Primero”, Sinaloa tiene más de 12,028 plazas fantasmas, es decir, sueldos que se cobran sin que alguien cumpla con la responsabilidad laboral. Además, según el Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa (ICRE), nuestra entidad federativa tiene apenas 5.8 puntos de 10 posibles en infraestructura educativa y aprendizaje escolar. 

Algunos profesores y burócratas bien acomodados, como “Eligito”, pueden presumir que cobran tres cheques o ganan tres veces más que el resto de sus compañeros. Pero también es verdad que en Sinaloa es común que los profesores “de a pie” que están en activo, al frente de grupo y trabajando bajo condiciones difíciles, se les retrase el sueldo y se queden sin cobrar sus quincenas durante tiempo indefinido. 

La reforma educativa nace, precisamente, del reclamo social respecto al modelo fallido que imperó –e impera- en México durante muchos años. Ese modelo que otorgó plazas a hijos de sindicalistas sin mayor mérito que la herencia, que permitió que los sindicatos de la educación manejaran millones de pesos en recursos públicos en cuentas privadas. Sinaloa tiene ejemplos claros de enriquecimiento al amparo de la nómina magisterial.

Eligio –padre- ya pidió disculpas por el cinismo de su hijo, Eligio –hijo- salió a declarar que se trató de “una bromita”. Si el primero fuera un político serio y el segundo un servidor público profesional, ya hubieran renunciado por decencia, porque lo exhibido va más allá de una burla a los profesores mal pagados y las evidentes carencias de la educación pública en Sinaloa, porque en ese arrebato pretensioso, hijo y padre exhibieron exactamente lo que la reforma educativa persigue y quiere eliminar. Luego le seguimos… 

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