viernes, 8 de julio de 2016

Hace un año partió Ramón

O P I N I Ó N

                                                                                                                Jesús Rojas Rivera

Los días de hospital son difíciles y a mí me tocó acompañarlo nada más los últimos 25. Ayer se cumplió un año de aquella mañana triste cuando declararon muerto a Ramón Eduardo Guevara en un hospital de Culiacán.
Ramón era mi amigo, el primer periodista que abrió las puertas de su cabina para darme voz pública en los medios de comunicación. En su carrera, mi amigo escribió para varios rotativos y tenía un programa de radio donde la audiencia lo seguía fielmente. Era un periodista agudo, reflexivo y muy simpático, el estilo de su crítica era una exposición de sátira difícil de expresar con palabras. Siempre tuvo encontronazos con el Gobierno en turno, invariablemente el partido en el poder.

En esta misma columna he escrito antes sobre el problema que el Alcalde cobarde que gobierna nuestro Escuinapa tuvo con Ramón Eduardo. En otras entregas he dado detalles de la mezquindad de un político que ante las duras críticas del periodista pretendió censurarlo estando él enfermo de cáncer, motivo por el cual la CNDH abrió una investigación que fue turnada al órgano local.

No quiero abundar en detalles de los antecedentes, hoy quiero exponer sobre los resolutivos que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos hizo respecto al caso CEDH/VIII/200/2015, donde se acredita la violación de los derechos humanos del periodista y la Comisión fija su postura en el sentido “de que todas las autoridades asuman el compromiso de respeto a la libertad de expresión”.

De lo anterior el organismo garante de los derechos humanos en Sinaloa decretó la reparación del daño por las violaciones a lo previsto en el tercer párrafo del artículo 1ro. De la Constitución Política Mexicana. A poco menos de siete meses de lo decretado, el Presidente Municipal sigue dando largas y es tiempo que no cumple con la sanción impuesta por la Comisión.

Bonifacio Bustamante es un político mediocre que representa los valores más rancios de la política sinaloense, su carrera comenzó en una alcaldía y terminará con ella, estos casi tres años en el cargo público nos mostró el rostro de la infamia, tal como dijo Nicolás Maquiavelo, la historia nos dio la oportunidad de conocerlo a través del espejo del poder.

Bustamante pretenderá cerrar un ciclo con el pueblo alzado en protestas, señalado como el peor Alcalde en la historia de la municipalidad y con múltiples cuentas por saldar como la desaparición de más de tres millones de pesos de las cuentas municipales en un supuesto “hackeo” bancario. 

Para poca fortuna del edil y las aspiraciones de impunidad que persigue podrán ser enfrentadas en la Cámara local por la diputada electa, la escuinapense Francisca Ayón, quien se comprometió con los electores del distrito a poner en la cárcel a los políticos corruptos que hubieran malversado fondos públicos.

Veremos en el camino qué depara el futuro para cada uno de los actores políticos involucrados. Por lo pronto, el tiempo corre, mi amigo descansa y no terminamos de acostumbrarnos a su ausencia. Dicho por él mismo: “Independientemente del resultado de mi caso, la lucha debe ser para que nunca más un Alcalde violente el derecho a la libertad de expresión en Sinaloa, ni de los periodistas, ni de nadie”. Por eso es que pasado un año del día de su partida nosotros seguimos exigiendo justicia. Luego le seguimos.

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