viernes, 25 de noviembre de 2016

Culiacán y Navolato, ¿la nueva metrópoli?

O P I N I Ó N

                                                                                                                      Jesús Rojas Rivera

Culiacán y Navolato han hecho lo propio, se constituirán como una zona metropolitana. Según los alcaldes Sergio Torres Félix y Miguel Calderón Quevedo, se cumplieron las formalidades para la declaratoria. Más allá del discurso triunfalista de los ediles resaltan serias irregularidades que muestran lo endeble de una propuesta que apunta al verdadero fondo del proyecto de “metropolización”: la búsqueda desesperada de una bolsa de recursos federales extraordinarios para solventar las deudas municipales cada vez mayores.
 
Culiacán reporta una de las deudas más grandes del país, según la Auditoría Superior del Estado la capital tiene un endeudamiento mayor a los mil 450 millones de pesos. Navolato es el cuarto municipio más endeudado de Sinaloa y la estimación es de 190 millones de pesos. De concretarse el reconocimiento de zona metropolitana se podrá participar en la distribución de alguna parte del Fondo Federal Metropolitano que ronda en los 10 mil millones de pesos.
 
En México existen 59 zonas metropolitanas, en ellas se concentran 57 de cada 100 mexicanos, aproximadamente el 70 por ciento del PIB se genera en ellas. En el mundo la tendencia a la “metropolización” comienza alrededor de 1950, pero las macro-urbes llegaron a cambiar la geografía de nuestro país a principios de los años ochenta. Según el documento para la Delimitación de Zonas Urbanas de CONAPO, 367 municipios integran las 59 zonas metropolitanas, 263 de ellos son los municipios “centrales” y 43 municipios exteriores, en nuestro caso Culiacán sería un municipio central y Navolato uno exterior. 
 
De ninguna manera considere usted amable lector que estoy en contra de la conformación de la zona metropolitana y del acceso a esa jugosa bolsa de recursos que bien implementados podrían traer múltiples beneficios. Estoy más bien en contra de la mediocridad que envuelve a los titulares de las administraciones públicas integrantes de la neo metrópolis, los que por fortuna ya se van.
 
La conformación de zonas metropolitanas también presenta externalidades, quienes afirmen que todo es positivo al conglomerar las actividades sociales y económicas de dos o más comunidades mienten. La reconocida arquitecta y experta en desarrollo urbano Sara Topelson afirma que sin ordenamiento y sin un estrictoo cumplimiento de la normatividad, el desarrollo de las metrópolis simplemente no podría existir.
 
Las zonas conurbadas presentan enormes desafíos como el nacimiento de nuevas zonas de pobreza o cinturones de marginación, aparejado con la concentración de desempleo, la desigualdad en la prestación de servicios públicos, la congestión vial, contaminación ambiental, falta de infraestructura básica en el equipamiento urbano y por supuesto la inseguridad. Cuando vemos las características de los gobiernos actuales de los municipios en cuestión, saltan a la mente problemáticas que han sido propias y recurrentes en estos dos municipios y que la literatura respecto al comportamiento de las grandes urbes nos anticipa se presentarán. No se puede pretender la metropolización desde la incompetencia e ineficiencia gubernamental.
 
El reto será para las administraciones venideras, en sus manos estará la posibilidad de cumplir con las expectativas para el desarrollo que el modelo metropolitano representa. En sus manos estará mejorar por mucho la prestación de servicios públicos y el sistema de transporte, el drenaje pluvial que afecta a los dos municipios y por supuesto la seguridad pública. 
 
Si Jesús Valdés y Rigoberto Valenzuela toman en serio el modelo de desarrollo metropolitano, se apegan al seguimiento de los planes estratégicos, cumplen eficientemente los programas y detienen el endeudamiento, pero sobre todo si cumplen y hacen cumplir la ley, estoy seguro que casi de manera inmediata comenzarán a verse los resultados, no necesariamente porque sean mejores, sino porque al menos en Culiacán la administración que hoy gobierna ha probado ser pésima por su ineficiencia, ineficacia y ganas de burlar la ley. ¿Exagero? Ahí están los números, esos no dejan mentir. Luego le seguimos...

viernes, 18 de noviembre de 2016

Breve reflexión sobre la verdad y la mentira

O P I N I Ó N

                                 Jesús Rojas Rivera


Hace poco se retomó y circuló un texto del extinto novelista José Saramago donde planteaba la siguiente pregunta: ¿Qué derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice? Sentí mucho interés en responderla, sentí que la pregunta era directa, como muchas otras que el Nobel portugués hizo mientras vivió, para explicarse el mundo de lo cotidiano. ¿Por qué la gente tiene que creernos a nosotros los que escribimos?, ¿qué responsabilidad guardo con mis contados lectores?, ¿debo suponer que me creen?

Siempre me ha gustado la filosofía (la practiqué hasta que me lastimé la rodilla), creo que ahí se inscriben las grandes dudas que la humanidad sigue sin resolver, las cuestiones universales que nos acompañan desde que el hombre tuvo conciencia de su existencia. Saramago removió la duda: ¿qué es la verdad? y ¿cómo se escribe con la verdad?

Si me pongo a conceptualizar no me alcanzarán los contados párrafos de esta columna, además sería infructuoso porque la verdad se ha definido de mil formas en la historia. Martín Heidegger -un filósofo alemán del siglo pasado-, dijo que la verdad debe ser entendida desde su esencia. Los hombres libres buscan la verdad porque es propia de ellos, el hombre no posee la verdad, la busca y la construye. Desde el idealismo, la verdad se construye en “ser y el tiempo”, es decir, lo que es verdad hoy puede dejar de serlo en dos días, tres meses, cuatro años o un siglo. La verdad no es una constante, es un consentimiento colectivo o social, “veritas est adaequation rei et intellectus”, la verdad es la adecuación del conocimiento a la cosa. Dentro de la filosofía, es la metafísica la que se encarga de estas cosas, del carácter ontológico del problema fundamental de la verdad que Saramago me trajo a recuento y por lo cual escribo esta columna. 

Tenemos pues que la verdad se construye por el ser y se explica en los tiempos y la historia. Pero esto puede ser una mentira, porque hay otras formas de pensamiento que aseguran que la verdad es absoluta y está por encima del entendimiento del ser, afirman que la verdad es luz y alimento del hombre, que cuando se le descubre esta se “pega” al alma y le “infunde” vida interior. Al menos así lo sostiene San Agustín, el Santo Obispo de Hipona. ¿Ven lo difícil que es ponernos de acuerdo?

Ahora bien, si no tenemos de cierto el concepto “veritas”, ¿cómo es que le puedo faltar a la verdad a mis lectores? y ¿Por qué Saramago supone que los pocos que me leen están pensando que no miento? 

Un ejemplo práctico: mi abuela es una mujer honorable, nunca me ha mentido y yo he procurado no mentirle jamás. Un día platicando con ella afirmé que Agustín Lara era el más grande compositor mexicano de todos los tiempos, ella me dijo que estaba de acuerdo, y en ese momento construimos una verdad que nos satisfacía a los dos. El problema vino después, cuando dije que nadie había interpretado mejor sus boleros que Javier Solís. Mientes, me dijo, las mejores interpretaciones de Agustín Lara las hizo él mismo. ¿Miento? o ¿mintió?

Este es justo el punto a donde quiero llegar, a replantear el sentido de la verdad para los que Saramago llamó con cierto desprecio “opinólogos”. Así también a otros menos brillantes que con soltura y maldad critican el ejercicio de nuestra libertad de expresión, la cual estoy consciente debe tener límites éticos más que jurídicos y dogmáticos. 

Desde mi poca experiencia en el papel como novicio de la pluma, le anticipo amable lector que no es mi pretensión hacerle creer que digo la verdad y mucho menos adueñarme de ella. Escribo, o intento hacerlo, más allá de la gentil aprobación del respetable, incluso al revés, publico sin la mortificación de saber que al poner mis ideas en un medio de comunicación como este, serán sujetas al juicio de la historia en función de la congruencia de mis dichos con mis actos. 

Aparte de escribir columnas los viernes, soy un lector consuetudinario de información, leo muchas noticias, artículos y columnas por semana. También soy público, pero a los columnistas y jefes de prensa no les exijo mucho. Con el tiempo se aprende a pasar la página del que no le gusta, y concentrarse en leer lo que a uno le interesa. Hay a quienes les pagan por escribir, y otros que lo hacemos gratis. Un abrazo a todos. Luego le seguimos...

viernes, 11 de noviembre de 2016

La base electoral de Trump

O P I N I Ó N

                                                                                                                          Jesús Rojas Rivera

Contra todos los pronósticos, Donald Trump ganó las elecciones del martes pasado. Al elector estadounidense no le importó su discurso xenófobo, misógino y vulgar. No le importó su inexperiencia política, sus desplantes arrogantes y el menosprecio a los valores de la tradición americana que buscan en sus representantes hombres medianamente cultos. Algunos analistas que saben mucho de política americana afirman que justo por ello ganó, porque fue capaz de mover a un público elector desencantado de la política, ajeno a la historia y con ganas de desafiar el “establishment”.
 
El periódico New York Times publicó los primeros estudios de comportamiento electoral sobre el proceso del 8 de noviembre, estos resultados guardan similitudes importantes a lo expuesto por la Edison Research, una casa de estudios estratégicos que trata de determinar el perfil del votante para cada uno de los candidatos en contienda.
 
Para empezar, los expertos afirman que Trump, el candidato republicano, recibió el voto del 53 por ciento de las mujeres, mientras que Clinton, la abanderada demócrata, sólo obtuvo el 41 por ciento. La suposición de que Hillary era la candidata preferida de las mujeres y que Donald pagaría caro su machismo fue errónea.
 
El perfil de votante mayoritario del candidato republicano se describe así: hombres y mujeres de raza blanca, de 45 o más años, estudios no mayores a preparatoria, con ingresos anuales entre los 50 mil o 99 mil dólares, habitantes de ciudades pequeñas o rurales, conservadores y muy religiosos, mayoritariamente protestantes y católicos.
 
No nos corresponde juzgar a los electores estadounidenses, los mexicanos no tenemos calidad moral para recriminar las “valoraciones” electorales de nuestros vecinos. 
 
Nosotros elegimos hace poco más de cuatro años a un Presidente que demostraba desde su campaña no ser un hombre de muchas luces ni de brillantez intelectual. Venía ciertamente de gobernar una entidad importante como el Estado de México, pero todos sabíamos que sus capacidades no eran las mejores para llevar las riendas del País.
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Resulta curioso pero revisando el perfil de los electores de Peña Nieto y el PRI, se asemeja al perfil de los votantes de Trump, de clases medias y medias bajas, de zonas rurales, ciudades pequeñas y de bajo nivel escolar, los ciudadanos con mayores niveles de pobreza fueron la base electoral que llevó a la presidencia al PRI. Trump y Peña Nieto sostuvieron sus triunfos en bases electorales con bastantes similitudes.
 
Trump será Presidente y por hoy nadie lo puede remediar, pero no debemos alarmarnos, nuestras pesadillas no comenzarán de inmediato, las deportaciones no serán masivas, ni los inmigrantes serán cazados como muchos se imaginan, el muro se podrá o no construir pero dudo mucho que lo terminemos pagando nosotros, además de que el Tratado de Libre Comercio no perderá total vigencia. Las instituciones del modelo americano tienen funcionando por lo menos 200 años más que las nuestras, aunque suene extraño debemos confiar en ellas, si algo puede detener la locura de Donald es precisamente el sólido entramado institucional que ha probado efectividad aún en los momentos más difíciles. 
 
Si Trump pretende imponer una ley que rompa o vulnere una garantía constitucional, la Suprema Corte de Justicia no lo permitirá. Si Trump violenta algún tratado internacional, no tengan duda que el Senado se lo habrá de sancionar. Si Donald pretende hacer negocios al amparo del poder, sin duda los representantes lo habrán de llevar a juicio. Los contrapesos del poder en el modelo americano no son ni remotamente parecidos a los que estamos acostumbrados. Luego le seguimos...
 

viernes, 4 de noviembre de 2016

De pobreza social y mezquindad gubernamental

O P I N I Ó N

                                                                                                          Jesús Rojas Rivera


La pobreza no se ha erradicado en Sinaloa, por el contrario, crece. Según el Coneval 4 de cada 10 sinaloenses la padecen, los gobiernos federales y estatales invierten millones de pesos en acciones para abatirla, pero el comportamiento de la pobreza lejos de ceder aumenta. Así lo demuestran las cifras oficiales, en Sinaloa 1 millón 011 mil ciudadanos están clasificados en los dolorosos números de la pobreza o la marginación.

Pero el fenómeno no ataca parejo, se ensaña con algunos municipios más que con otros. Mientras algunas municipalidades avanzan en contados rubros, en otros su población aumenta en carestías, en rezagos, y con las evidentes repercusiones en la calidad de vida, la pobreza en Sinaloa ya ha matado de hambre. En nuestro estado hay carencias, pero en Badiraguato, Cosalá, Choix y Escuinapa están los más pobres de los pobres.
De las mil formas de evaluar la pobreza, los expertos marcan una variable importante, tiene que ver con el ingreso de las familias, para ello desarrollaron un índice denominado “de la tendencia laboral de la pobreza”, que mide principalmente el número de familias cuyo ingreso laboral sea menor al de la canasta básica, se le llama ITLP y se encuentra dentro de las evaluaciones generales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

En la última medición publicada del primer trimestre de 2015 al primer trimestre del 2016 hubo un aumento de 13.9 por ciento en este sector, es decir, donde los ingresos laborales de las personas son menores al valor de la canasta alimentaria. Por eso es que el Gobierno federal a través de la Sedesol implementa programas para elevar el ingreso de las familias empleando temporalmente a alguno de sus miembros en actividades de beneficio comunitario. Este programa se aplica en zonas de alta y muy alta marginación, paga hasta 3 mil pesos por mes y puede prolongarse en un periodo de dos meses.

Otras veces he dicho ya que Escuinapa es uno de los municipios más golpeados por la pobreza, que su índice de desarrollo humano es bajísimo y que los servicios públicos son deficientes y excluyentes. En buena medida las políticas para combatir la pobreza no han funcionado porque las autoridades municipales de manera abusiva han entregado los recursos destinados a la atención de los más necesitados a grupos de afinidad política del Alcalde, quienes necesitándolo o no, acceden a programas como este de empleo temporal.

Estos actos de mezquindad y abuso quedaron constatados esta semana al descubrirse que en las listas del Programa de Empleo Temporal aparecieron muchos ciudadanos que evidentemente no carecen de empleo y no forman parte de la población vulnerable del municipio. De tal cinismo que el hijo de un regidor integrante del Cabildo en funciones aparecía en las listas de beneficiarios, los medios de comunicación constataron los hechos y le cuestionaron al Alcalde Bonifacio Bustamante, quien dijo que “el hecho de ser hijo de un regidor, no te quita derechos”. De ese tamaño el cinismo del gobernante, quien también se ha visto señalado en escándalos por la entrega de recursos federales a fondos perdidos al asignar proyectos productivos a la familia de otra regidora del partido que lo postuló.

Tuve la oportunidad de recibir amable contestación del Delegado Federal de Sedesol, Regino López Acosta, en una llamada platicamos sobre el tema. Me explicó detalles del programa, me dijo que el acto no incurre en ninguna ilegalidad, que ciertamente el hijo de funcionario puede recibir el apoyo, sin saber si lo necesita o no, pero coincidimos en que el asunto va más allá de lo legal, que es un tema ético, de la formación de los funcionarios en el servicio público. Compartí con él la preocupación de que en uno de los municipios más pobres de Sinaloa, la clase política muestre su rostro más inhumano.

Queda constancia de que Bonifacio Bustamante protege a una camarilla de abusivos, míseros y sórdidos, que son al mismo tiempo cómplices de sus actos. Que no le interesa en lo más mínimo el desarrollo del municipio que gobierna y que en sus actos desprecia a los más pobres al repartir, de manera injusta y faltando a toda ética, los recursos que son para atender a los necesitados. Mezquindad es la palabra que refiere a los actos ruines, a los hombres de poca nobleza. Mezquindad es la palabra propia para aquellos que le roban al pobre la posibilidad de un futuro mejor. Como solía decir la ex legisladora Yudit del Rincón: “El que roba comete un delito, pero robarle a un pobre, esas ya son chingaderas”. Luego le seguimos...