viernes, 3 de marzo de 2017

La primera evaluación de Quirino ¿Reprobado?

O P I N I Ó N
 
                                                                                                                          Jesús Rojas Rivera
 
SDP noticias de Federico Arreola publicó ayer una evaluación sobre aprobación y desaprobación de gobernadores en México. Los resultados son escandalosos: de una calificación de 0 a 100 la media nacional se encuentra en 29.7. Los gobernantes Márquez de Guanajuato, Pavlovich de Sonora, Moreno Valle de Puebla y Rosas Aispuro de Durango son los punteros en la tabla pero ninguno de ellos sobre pasa el 50 de calificación. 
 
Según el portal noticioso, Quirino Ordaz Coppel está por los sótanos de la medición con apenas un 21.7, muy por debajo de la media nacional. ¿En realidad es tal la desaprobación del gobernante? ¿Se puede confiar en la metodología del estudio? ¿La métrica es la adecuada para este tipo de evaluaciones?
 
Me gusta desmenuzar los números, la evaluación de los gobiernos siempre es interesante para los que nos dedicamos a esto. El politólogo que no entiende las generalidades de la estadística es uno más del montón, solía decir el profesor Miranda, titular en la clase de métodos cuantitativos de decisión en mi carrera. 
 
Con el tiempo aprendí que hay números que reflejan una realidad evidente, otros que sacan a la luz verdades ocultas y otros que simplemente se publican para justificar falacias. En abril del año pasado escribí para este mismo diario una columna titulada “Mitofsky, De las Heras y Sáenz: el rol de las encuestas”, entonces afirmé algo que sigo sosteniendo: “los estudios de opinión en México son más un asunto de mística que de razón” sobre todo cuando se trata de evaluación de preferencia electoral y calificación de gobernantes.
 
Siempre he dicho, a manera de recomendación a mis clientes o lectores que para que acepten o den por válida una encuesta o estudio de opinión, primero deberán verificar cinco aspectos fundamentales en el proyecto: A) Información detallada de la población sujeta a estudio, B) El fraseo exacto de la o las preguntas, C) La frecuencia de no respuesta y nivel de rechazo, D) El método de recolección de información, E) El nivel de confianza y marggen de error.
 
En congruencia con lo anterior y siguiendo este mínimo tamiz de verificación me permito opinar lo siguiente: 
La población sujeta a estudio según SDP es “a personas mayores de 17 años residentes en la entidad federativa correspondiente con acceso a Facebook”, al respecto no se aclara si la identidad de los encuestados y la residencia se corrobora de manera efectiva, para evitar la respuesta de personas ajenas a la entidad o el sesgo evidente y constante de que la identidad no corresponda al perfil de la red social (por ejemplo, en Facebook afirmo vivir en Saint Tropez, Francia).
 
En la versión publicada del estudio no se hace de conocimiento el fraseo exacto de las preguntas que dan forma a la encuesta, es decir no podemos determinar la relación de las tablas presentadas con preguntas directas, restando credibilidad a ella (la respuesta es sí, ahora dime cuál es la pregunta, decía Woody Allen).
 
No se contempla una tabla de frecuencias sobre el nivel de respuesta efectiva y/o rechazo de las preguntas, tampoco se tiene clara la variación de encuestas válidas sobre no validas, es decir, aquellas que por la naturaleza de las respuestas no se pudieron tomar en cuenta para el modelo (en un estudio de opinión serio cuenta tanto lo que se dice como lo que se deja de decir).
 
El método de la recolección de información se marca como vía Facebook con 10 mil 733 casos en un promedio de 355 mexicanos por entidad federativa. Esto evidentemente nos deja claro que el estudio no se sostiene en el “rigor metodológico” para afirmar que los márgenes de error son los que se presumen con 95 por ciento de confianza. Un ejemplo sencillo es que hay entidades con pocos gobernados como Nayarit y Colima y otros con muchísimos más como Estado de México y Veracruz, eso aceptando sin conceder que en cada uno de ellos los usuarios de redes sociales mantuvieran la misma composición y el mismo número (el nivel de confianza es más que un número con un símbolo de porcentaje a lado derecho). 
 
Al final yo no tomaría por válida la encuesta, es cuando mucho un referente de redes sociales, un ejercicio que nos asoma a la opinión en Facebook. Y sin defender a Quirino, yo podría decir que al menos con esta herramienta no podemos asegurar que su aceptación y credibilidad está por los suelos. En estricto sentido, para mí tiene la misma o mayor validez estadística la rechifla que se llevó el Gobernador en el estadio durante la Serie del Caribe que esta ocurrencia metodológica de un tal Federico Arreola al cual, en mi opinión, le falta ser más serio. Luego le seguimos…

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