viernes, 2 de junio de 2017

Politeia

OPINIÓN

                                                                                                                Jesús Rojas Rivera


El miércoles relanzamos Politeia, la revista del pensamiento político. Hace cinco años conocí la publicación en la oficina de un amigo, se la pedí y me la regaló, la conservo desde entonces. Me llamó la atención su portada que retrataba un bulldog con corbata. Leí entonces una revista académica y cultural, de ensayo, artículos de fondo, poesía y cuento breve. Me volví asiduo lector.

Pasó el tiempo y no supe de ella, conocí en 2015 al Dr. César Velázquez, hasta ese momento me enteré que era el director de la revista. Nos volvimos buenos amigos después de una discusión de ideas desde nuestras columnas. Al tiempo nos surgió la idea de “revivir” a Politeia, “la revista del pensamiento político”.

Una “locura financiera” me dijo un amigo muy querido, una “aventura de locos” me dijeron los socios en la consultoría donde trabajo. Y sí, ciertamente es eso, una locura y una aventura que vale la pena reemprender para romper el paradigma mercadológico que dice con números en mano que no hay espacio en el mercado para una revista como Politeia.

Mi propuesta era salir con Politeia digital, abrir un portal de ensayo y noticias especializadas, pasar de la tinta al papel, hacerle su respectiva página en Facebook, una cuenta en twitter e instagram. Publicar impreso es un asunto complicado y caro, le dije a César, antes de tomar la decisión de comenzar el proceso del “renacimiento”. 
 
El Dr. Velázquez me dijo unas palabras que nunca olvidaré: “No me rehúso a entender que los medios de comunicación y de difusión transiten a las versiones digitalles, eso es inevitable. Pero habemos todavía amantes de la tinta y el papel, gutenbergseanos que disfrutamos el aroma de una publicación, nos deleitamos con la textura de las portadas. Llámanos pre-modernos pero creo que todavía hay público para la revista impresa”.

Me convenció, o mejor dicho, nos convencimos. Politeia estará en la web y saldrá impresa, el director de la revista y su consejo editorial me invitaron, inmerecidamente, a presidirlo. Acepté porque creo que Politeia es un espacio de libertad crítica que vale la pena mantener vivo con la  esperanza de recuperar un espacio académico y literario que mucho merecen y necesitan los lectores sinaloenses.

Estoy convencido de que vale la pena luchar contra el paradigma económico que nos sentencia desde este renacimiento a dejar de publicar por falta de publicidad y financiamiento. Vale la pena luchar, porque las letras y las ideas que ahí se plasman son luz de esperanza contra la barbarie, que no nos puede doblegar ni corromper nuestros anhelos más puros de paz, de justicia y libertad.

Agradezco el apoyo de tantos amigos que han apostado directa o indirectamente para que el proyecto retome de nuevo el vuelo. Sinaloa tendrá de nuevo una revista de ensayo y artículos de fondo en donde tendrán en cada entrega planteamientos serios a los grandes problemas de la sociedad. Tendremos, otra vez, una revista que convoca en sus páginas a plumas libres y diversas para entablar un diálogo común sobre la problematización de los asuntos públicos, parte fundamental para la construcción de la democracias locales según el siempre recordado Dr. Lujambio.

Serán las páginas de la revista lienzos en blanco para que todo aquel que tenga algo que decir lo diga, lo argumente y lo sostenga en un diálogo constructivo, no impositivo, que se nutra, como decía Moravia, en ideas capaces de transformar la realidad que no nos gusta.

En el tiempo que me corresponda la honrosa responsabilidad de presidir el consejo editorial, me comprometo a mantener la calidad de las publicaciones a las que nos tienen acostumbrados los ensayistas y articulistas de la revista. Sin importar la ideología o la afiliación política, la revista estará abierta como un espacio de libertad en el que cabemos todos.

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