viernes, 29 de septiembre de 2017

WTF: ¿Eliminar plurinominales?

O P I N I Ó N

                                                                                                                         Jesús Rojas Rivera

Pasados los temblores, México recapacita. Propio es de los cataclismos traer a reflexión las cosas que siempre han estado mal, pero poco nos importan en nuestra cotidianidad. La catarsis post sísmica llegó a los partidos políticos, quienes no tuvieron de otra que entregar parte de las millonarias bolsas de dinero que reciben a fin de “verse solidarios” con los afectados. Esta discusión descontrolada en el contexto de la devastación, llevó a dos planteamientos que están en debate: la eliminación de los recursos públicos para los partidos políticos, y la eliminación total de los diputados plurinominales, ambas propuestas presentadas formalmente por el Partido Revolucionario Institucional.
 
Del financiamiento público a los partidos ya habrá oportunidad de hablar después, coincido en que gastamos cantidades millonarias para mantener instituciones que no siempre cumplen los fines públicos que dicen perseguir, pero no es el tema en esta ocasión. Quiero más bien centrarme en discutir lo segundo, la eliminación de diputados plurinominales del sistema político mexicano. Estoy absolutamente en contra, por los siguientes argumentos:
 
La democracia mexicana -aún en proceso de construcción- no puede ser entendida únicamente como la imposición de la mayoría sobre la minoría, esto es peligroso. La democracia debe entenderse como un conjunto de ideas, visiones y opiniones diversas, que pueden estar en acuerdo o disensión. Este principio rector de las democracias modernas es fundamental para la coexistencia pacífica de intereses diversos y se llama pluralidad. 
 
Los Congresos son en esencia espacios de discusión plural. Y lo son porque ahí, donde se toman las decisiones más importantes para una Nación o un Estado, existen opiniones distintas, no unánimes, que desde la pluralidad legitiman la toma de decisiones. “Las autocracias, los despotismos y las dictaduras son mundos de un único color”, dijo Giovanni Sartori, en referencia al valor de la pluralidad en los regímenes democráticos. 
 
En el sistema político mexicano, los diputados plurinominales son la representación de las minorías que decidieron participar, aun en su condición de minorías, dentro de las vías institucionales para el legítimo acceso al poder. Es decir, los regímenes democráticos parten de la premisa de que las mayorías de hoy podrán ser minorías en el futuro y viceversa, las minorías de ahora podrán en un régimen de competencia justa crecer según convenzan a los ciudadanos en las elecciones. 
 
Pues bien, esos espacios que las minorías consiguen en los congresos, son fundamentales para que los ciudadanos puedan conocer las posturas o postulados ideológicos y programáticos de la oposición o las minorías. La democracia se nutre de contrastes y los congresos son espacios para observarlos, para ponerlos en comparación y definir con mayor claridad una postura respecto a los asuntos públicos o de interés común. 
 
En el sistema político mexicano, las mayorías legislativas las construyen generalmente los diputados del mismo partido que logra el Poder Ejecutivo, eso no es necesariamente malo. Pero debemos saber que son los espacios plurinominales los que hacen que la pluralidad pueda ejercer de contrapeso al incluir voces “idealmente disonantes” a la del gobernante y sus fieles de partido. Eliminar esta posibilidad nos lleva a una falla democrática porque un poder sin oposición camina a los vicios autoritarios. 
 
Para aquellos que están muy interesados en eliminar la representación de las minorías o los diputados plurinominales, yo les preguntaría: ¿Y qué pasaría si un solo partido logra todos los escaños vía mayoría? ¿El Gobernador o el Presidente no tendrán oposición? ¿Quiénes harán las veces de contrapeso? ¿Creen que es correcto un esquema de partido único?
 
El planteamiento se debe hacer con seriedad, no con arrebatos y ocurrencias. Más allá de pensar en eliminar totalmente las plurinominales, debemos caminar en la reducción del gasto del Poder Legislativo y en buscar mecanismos para que los legisladores cumplan responsablemente con su encargo. De lo contrario, el remedio no acabaría con la enfermedad, la haría más grave. ¿De qué nos sirve una Cámara más pequeña, menos plural, si en ella van a quedar los mismos mediocres e inservibles de siempre? Luego le seguimos...

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